A mediados de la semana pasada, Barack Obama deslizó que Joe Biden debería reconsiderar su candidatura; ayer, apenas el actual presidente declinó presentarse a la reelección, dijo del mismo: «Es un ejemplo de un auténtico servidor público, un patriota del máximo nivel»; y convocó a que su partido elija al mejor postulante para evitar el regreso de Donald Trump “Tengo una extraordinaria confianza en que los líderes de nuestro partido podrán crear un proceso del que surja un candidato sobresaliente”,afirmó Obama, sin mencionar a Kamala Harris, ni a ningún otro aspirante.
Se le atribuye al ex premier español, Felipe González, decir que los ex presidentes son algo así como «jarrones chinos» (porque nadie sabe donde ubicar).
Sin embargo, el dos veces mandatario norteamericano, Barack Obama, escapó a dicha metáfora, recurriendo a un estilo de «liderazgo suave», para que el actual presidente Joe Biden de un paso al costado en la búsqueda de su reelección; dando así lugar a una renovación súbita del Partido Demócrata, justo al filo de la decisiva elección presidencial del 5 de Noviembre frente al dueño, prácticamente, del Partido Republicano, Donald Trump.
Este último, había elevado las adhesiones tras el frustrado atentado del que fue víctima en un mitin en Butler, el pasado sábado 20 de julio.
En tanto Biden venía muy relegado en las encuestas, sobre todo tras el debate en CNN de fines del mes pasado, visto por 50 millones de personas, en el que dejó una imagen deslucida, sumado a los reiterados gaffes (antes y después) que pusieron en el tapete sus condiciones como para continuar en la carrera de una campaña agotadora, al mismo tiempo que gobernar.
Editorialistas de los principales diarios norteamericanos como Washington Post y The New York Times habían indicado la importancia de que Biden de un paso al costado, sobre todo a partir del mencionado debate.
“Desde que asumió el cargo, el presidente Biden ha demostrado su carácter una y otra vez -afirmó Obama enumerando logros de la actual administración- como, entre otras cosas, enfrentar la pandemia, la creación de millones de empleos, la reducción del costo de los medicamentos recetados, así como la aprobación de la primera ley importante sobre seguridad de armas en 30 años». Las posibilidades electorales para preservar ese legado que se iban reduciendo significativamente, hizo que Obama sugiriera a Biden bajarse de su intento reeleccionista. «Todo por lo que ha luchado a lo largo de su vida estará en riesgo si Trump regresa a la Casa Blanca y los republicanos retoman el control del Congreso», expresó el presidente entre 2009 y 2017, según The Washington Post.
¿Y ahora?

A diferencia de los Clinton, del propio Biden, y de incluso gobernadores que podrían aspirar a encabezar la fórmula demócrata, ni Obama, ni la ex presidenta de la Cámara de Diputados Nancy Pelosi privilegiaron a Camala Harris por sobre los otros demócratas que podrían aspirar a la primera magistratura.
¿Por qué Obama no se inclinó (al menos hasta ahora) por Harris? «Obama se posicionó como un estadista imparcial por encima de las internas del partido, pero (de acuerdo a personas cercanas a él) no tenía ningún candidato alternativo en mente cuando tomó la decisión de no respaldar inmediatamente a Harris. Considera que su papel es ayudar a unir rápidamente al partido una vez que tengamos un candidato«, sostuvo la periodista Glenn Thrush en una columna para el The New York Times.
Si bien Harris cuenta con las mayores chances de ser la elegida (los delegados en su momento apoyaron la fórmula Biden- Harris y además por ser quien naturalmente sería su sucesora) ello no es inexorable
El 19 de agosto en Chicago comienza la Convención Demócrata; de no alcanzarse antes un acuerdo Harris arranca en la pole position; pero hay una tanda de candidatos que podrían aspirar a la nominación como Gretchen Whitmer (gobernadora de Chicago), Gavin Newsom (gobernador de California), Josh Shapiro (gobernador de Pensilvania), Pete Buttigieg (secretario de Transporte), Wes Moore (gobernador de Maryland), Roy Cooper (gobernador de Carolina del Norte), y Jay Pritzker (gobernador de Illinois y heredero de la cadena hotelera Hayatt). Todos ellos, con la misión de evitar el regreso de Trump.

