En la plácida y templada tarde del último domingo de octubre de 2024, sobre un escenario montado frente al flamante Espacio Cultural de Villa Ballester (partido de San Martín), Hilda Lizarazu brindó un recital ante una nutrida concurrencia de las más diversas edades
En base al repertorio del disco Hilda canta a Charly, la ex Twist y Man Ray -y que integró uno de los conjuntos con el genial músico del bigote bicolor– estuvo acompañada ayer nada menos que por Lito Vitale (su pareja desde hace más de 15 años) y su banda, entre sus integrantes, los hijos de ambos: Mía y Jano (guitarrista del grupo), respectivamente.
El evento fue parte de Los Angeles de Charly que durante dos meses evocó al prolífico autor, factótum de legendarios conjuntos como, entre otros, Sui Géneris y Serú Girán) como un muestrario de fotos.
El concierto de la víspera se abrió con La Grasa de las Capitales, aquel tema de Serú, cuyo álbum simulaba la tapa de la revista Gente con la foto de los “cuatro Beatles argentinos” y la leyenda: Charly García: ¿Idolo o Qué?

También encendió el ambiente con Raros peinados nuevos (del disco Piano Bar) que gira alrededor de la aceptación de la diversidad.
Como mata el viento norte, fue un tributo a La Máquina de Hacer Pájaros; y, volviendo a Serú Giran, el momento de máximo climax llegó de la mano de la melódica Seminare, coreada por el público..
El recital fue un viaje de ida y vuelta que se remontó al enigmático Rasguña las Piedras, de la era Sui Géneris, con fotógrafias de Charly y Nito enmarcadas por la imagen del LP Vida.
El salto a Canción del Indeciso en medio de la brisa que se iba haciendo noche, permitió aflojar un poco la nostalgia con el estribillo que alude a cuando uno anda sin rumbo.
De lo más emotivo fue el momento en que Hilda Lizarazu entonó con su hija, Mía, Parte de la Religión, tras contar con la nostalgia dibujada en su rostro que le cantaba esa canción -de la que participaba justamente en el grupo de Charly- cuando Mía era una beba.
Fragmento del festival en V Ballester
Hilda, correntina de nacimiento, estudió en el Dámaso Centeno, mucho años después que en ese colegio lo hicieran Charly y Nito.
En 2010, formó parte de varias grabaciones y actuaciones con Charly.
La espigada figura, con su clásico sombrero, cautiva con su voz que combina el tono suave con el énfasis cuando se trata de temas más rockeros.

El único tema repetido en el show, una vez al comienzo y otra como epílogo fue Nos siguen pegando abajo. Ahí si se desataron todas las ansias de la gente en expresarse.

Nos siguen pegando abajo, cuya letra remite a la época del Proceso Militar y los “hombre de gris” remite a la dictadura militar (1983), es también una especie de metáfora que recorrió numerosos períodos de la historia reciente y actual.
Sea que nos sigan pegando abajo, o que nos peguemos nosotros mismos (por los gobiernos, por el modo en que nos tratamos como sociedad, por cuestiones éticas), el autor de estas líneas medita acerca de como se explica que tanto talento, como el que tiene el argentino de manera individual, se vea a menudo frustrado.
Quizá se aplique al país aquella frase de Truman Capote: “Cuando Dios nos da un don, al mismo tiempo nos entrega un látigo para fragelarnos”.
No llores por mí, Argentina, diría Charly.
