Todo el poder para Trump: Es la economía estúpido, el colectivo lleno, y el error de la estrategia Demócrata

Donald Trump consiguió un abrumador triunfo en electores que le permitirá desde el 20 de enero regresar a la Casa Blanca, se alzó con una clara mayoría en el Senado (con lo que podrá mantener la hegemonía conservadora en la Suprema Corte en caso de vacante), y se encamina a dominar la Cámara de Representantes. Analistas temen a la concentración de poder. Buscando interpretar el resultado.

¿Por qué ganó Trump?

– Se lo respondo con otra pregunta: ¿La gente está mejor o peor que hace cuatro años?, contesta el estratega del Partido Repúblicano, Jaime Florez, en plena euforia, cuando está a punto de comenzar el discurso triunfal de Donald Trump ante la irreversibilidad de su victoria que le permitirá ser por segunda vez presidente de Estados Unidos.

Otra vez parece imponerse aquel aserto de Bill Clinton «es la economía estúpido».

Pero si Norteamérica bajo el mandato de Biden consiguió tras la pandemia ir reduciendo la inflación, una baja tasa de desocupación y una especie de reactivación. «Es cierto, pero cuesta muchísimo pagar la tarjeta de crédito, comprar una vivienda es casi imposible, los alquileres están elevadísimos» sostiene Ana Cobos, entusiasmada porque ha podido votar como ciudadana norteamericana por primera vez, aunque frustrada porque confiesa lo ha hecho por Harris. «La gente percibe que Trump puede manejar mejor la economía» afirma en diálogo con TVE (Televisión española).

Ana Cobo, votó por Harris, pero entiende porque ganó Trump

En casi todas las encuestas estado por estado, se manifiesta la prioridad del factor económico como estímulo de los votantes, pero hay otros elementos cruciales a los fines de comprender semejante resultado.

Uno de ellos, es el mucho menor respaldo al esperado, de los latinos, a la postulación de Harris.

En este caso se impuso la teoría del «colectivo lleno» (tantas veces citada por estos días) que en síntesis sostiene que aquel que ha conseguido ser inmigrante legal (y que muchas veces le ha costado hacerlo), reniega de las nuevas olas de inmigrantes que quieren conseguir rápidamente igualar esa condición (la metáfora, que habla de la condición humana, refiere que quienes están arriba del colectivo lleno rechazan que se suban los que están en la parada) y además, en estos años la administración Biden no habría conseguido mejorar demasiado la situación inmigratoria, quedando en mora con varias reglamentaciones (como en el caso de los dreamers) y que en definitiva recurren a deportaciones, ¿porqué demoraron tanto estos cuatro años?, inquirió Rocío Vélez, colaboradora de la CNN en un panel sobre el cierre del proceso electoral.

En cuanto al análisis político se puede agregar un dato que abordó Acreditado, apenas se bajó Biden de su intento de reeleccion y fue la falta de competencia que decidió el Partido Demócrata previo a la Convención designando sin discusión interna a Kamala Harris.

«En un primer momento, Barack Obama defendió la idea de que la Convención Demócrata defina la candidatura, pero terminó aceptando como aspirante única a Kamala, postergando la participación en un debate de cuadros como (el gobernador de Pensilvania) Josh Shapiro que deberán incluirse en la nueva etapa del Partido Demócrata», coincidió Rocío Vélez.

El debate: según las mediciones se impuso Harris, pero en definitiva no incluyó

Se puede acotar en el análisis, la dificultad que atraviesan los oficialismos en todo el mundo para retener el poder.

Los defensores de Trump, deslizan que muchas de las amenazas que dijo iba a realizar en su primer gobierno, finalmente no las concretó; en concreto.

El apoyo a Trump estuvo sostenido por una conjunción de trabajadores defensores del proteccionismo, ruralistas e industriales que reniegan de las políticas regulatorias ambientales, grandes empresarios o compañías que rechazan pagar impuestos, y conservadores religiosos que defienden valores tradicionales.

Muchos de quienes están con el magnate, pregonan los beneficios de cierto aislacionismo de los Estados Unidos (señalan que en el período de Trump hubo menos conflictos bélicos que en el reciente de Biden, sin importarles demasiado los acercamientos por ejemplo con Putin) y reniegan de organismos internacionales como la OTAN o Naciones Unidas.

Un dato no menor, que tiene que ver con el personalismo y en detrimento de las estructuras políticas (percibidas por esos sectores como elitistas) es que Trump se adueñó del Partido Republicano, a tal punto que este último ha pasado a ser un puro trampismo.

Más allá de todo, analistas e historiadores, aluden a lo difícil que es entender como un personaje disruptivo, divisivo, agresivo y con cinco procesos judiciales en su contra (sobre este ítems Rocío Vélez apunta que dos de los juicios son interpretados como de motivación política) es respaldado por tanta gente en un país considerado -más allá de sus problemas- como faro de la democracia.

Hay sin duda un clima de época, en el que palabras y hechos que antes derrumbaban la carrera de un político, hoy la agigantan.

En su breve discurso de festejo de anoche, Trump expresó: «El éxito nos unirá» (sin llegar a mencionar la idea de una conciliación nacional), deslizó una ironía sobre una cadena televisiva, e insistió con que «los inmigrantes deberán estar en regla si pretenden regresar».

En base a ciertas experiencias y manifestaciones recientes del propio Trump, existe un fuerte temor en la prensa y personajes de la cultura sobre un avance contra las libertades y el miedo a la pérdida de conquistas de derechos civiles.

Apelan, como en la anterior oportunidad, a lo que queda de las tradiciones institucionales norteamericanas como para poner freno a eventuales excesos y poder conciliar el sueño.

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