Polémico film por el excesivo protagonismo de Mario Firmenich, con buena documentación y algunos enfoques controvertidos.
En el imaginario, confronta con la película de Sergio Renán, La Fiesta de Todos, pues expone atroces procedimientos a los que apeló el régimen militar mientras se desarrollaba la competencia, y hasta la interna entre el ejército y la marina.
La serie que puede verse por el canal de Disney +, sugiere que en la etapa preparatoria de la Selección nacional hubo una movida de (Carlos Alberto) Lacoste -hombre de Emilio Massera- para desplazar a Cesar Luis Menotti.
De los testimonios, puede colegirse que Argentina no fue favorecida en el sorteo, y tiende a volcarse en el sentido que el partido con Perú no estuvo arreglado.
El documental, basado en el libro Historia Oral del Mundial, de Matías Bauso (quien tiene numerosas apariciones en el video) contiene entre otros testimonios el de protagonistas del equipo campeón del mundo (el DT Menotti, su ayudante Ricardo Pizarotti, Mario Kempes y Daniel Pasarella); periodistas especializados como Ezequiel Fernández Moores; hablan tres detenidos en forma clandestina en la ESMA que fueron utilizados como cronistas; el ex jefe de Montoneros, Firmenich -quien fuera indultado por el ex presidente Menem- y Miguel Bonasso quien integrara dicho movimiento guerrillero y que hace referencia a la posición de Montoneros sobre el Mundial, a la vez que alude a un par de intentos de atentados (habla de dos bazzookazos lanzados contra el acceso al edificio de la ESMA»)
Las imágenes de los partidos jugados por la selección,son intercalados con episodios que daban cuenta del contexto de violencia –muchas veces subterránea- que existía en el país.
El documento fílmico comienza con la publicidad a la cita mundialista de actores cómicos como Carlitos Balá, más adelante de José Marrone y bastante después de la vedette y actriz Moria Casan, con el discurso común consistente en demostrarle al mundo las bondades de la Argentina como anfitriona.

Cada uno de los cuatro episodios comienza con el pegadizo tema: Veinticinco millones de argentinos, ganaremos el mundial...
En el primer capítulo de Argentina 78, se aborda un hecho espeluznante: el asesinato en agosto del 76, de quien fuera designado al frente del EAM 78, Oscar Actis. Este último había sido un correcto administrador (de Yacimientos Carboníferos Fiscales en tiempos de Alejandro Agustín Lanusse), tal como desliza el periodista Fernàndez Moores.
Según el documental, Actis le propuso a los integrantes de la Junta Militar realizar un mundial austero, algo que al parecer es aceptado por Videla y Agosti, pero rechazado enfáticamente por el jefe de la Marina, Massera, quien reacciona disgustado. Tras ser acribillado Actis, mientras conducía su automóvil, Massera toma el timón y lo sustituye por Lacoste (N de la R: Aunque Lacoste quedó como vicepresidente del EAM 78, pasando Antonio Merlo a ser titular, pero el verdadero poder en el ente lo tenía Lacoste).

La prensa le atribuye el atentado contra Actis a la guerrilla; Firmenich lo asume como realizado por la organización terrorista que conducía, en tanto la periodista Ailín Bullentini considera que difícilmente hayan sido los Montoneros.
Como que Montoneros y la Marina se tiraban con el cadáver.


Las sospechas sobre ambos grupos aparece nuevamente en el atentado contra el entonces secretario de Hacienda, Juan Alemann, quien había cuestionado el mundial por los altos costos.
No hay ninguna autocrítica de Firmenich, en tanto Massera, cínicamente va construyendo un proyecto político. Aunque no lo diga el film, hay investigaciones que dan cuenta de una especie de pacto secreto entre ambos (y enterarse de un encuentro entre aquellos en París, le habría costado la vida a la diplomática Elena Holmberg).
También la serie muestra el caso de tres prisioneros a los que se les hacía trabajar de periodistas en el predio de la ESMA para escribir notas al servicio de la fuerza (dentro de una especie de cubículo que denominaban la pecera) incluso, uno de ellos Raúl Cubas-en una acción entre surrealista y perversa- es llevado a una conferencia de prensa de Menotti, acompañado de su captor (comenta que en esa oportunidad llevó en el bolsillo un papel con los nombres de los detenidos para dárselo al DT, pero a último momento no se animó a hacerlo).

Por su parte, la conocida periodista Miriam Lewin -una de las cautivas allí- denuncia que le hacían escribir informes que luego llevaban en una moto para que los lean en canal 13.
También se cuenta con la voz del corresponsal holandés, Frits Barend, quien entrevistó al entonces presidente Videla en la cena posterior a la final (ver foto abajo), y que tras haber reporteado a varias Madres de Plaza de Mayo (se muestra la imagen de una de las primeras rondas) le pregunta por los desparecidos, Videla -según la reconstrucción de ese diálogo- le termina diciendo al cronista si acaso Holanda no los tuvo durante la guerra.

La palabra de Menotti, está muy presente haciendo un recorrido de lo que fue la preparación y cada uno de los partidos hasta el desenlace; en el documental se sostiene que el DT fue víctima de una movida del gobierno y de los medios (como las revistas especializadas) para desestabilizarlo por sus supuestas ideas de izquierda (Menotti dice que de entrada le ofreció la renuncia al interventor de la AFA, Alfredo Cantilo), y que Lacoste le habría exigido sacar 9 puntos en los partidos preparatorios (los consiguió en el último partido); sin embargo, una vez en el Mundial, Menotti parece como abstraído de clima político, a tal punto que cuando se le informa del atentado a Alemann -producto de las internas del gobierno militar- dice que su interés está puesto en la Selección.

El tercer capítulo, aborda la cuestión de si el partido de Argentina contra Perú, que la Argentina gana 6-0 (necesitaba cuatro goles de diferencia para clasificar a la final) estuvo o no arreglado.
Haciendo un racconto de las diferentes expresiones, parece concluirse que no. Por ejemplo, (José) Velázquez el único jugador peruano que acusa a algunos de sus compañeros de haber sido sobornados y que dice que por su actitud fue reemplazado por el DT, resulta que el partido ya iba 4-0. Es más, otro de los jugadores peruanos (Germán) Leguía desliza que Brasil ofreció recompensar al conjunto peruano, si el mismo (empatando o cayendo por hasta tres goles) dejaba afuera a la Argentina.
Uno de los analistas afirma que en ese contexto Argentina estaba en condiciones de golear al conjunto incaico, sumado al remate de un jugador peruano, que al inicio del match, pega en el palo.
Otro elemento, anterior, aportaría en el sentido que Argentina no fue beneficiada a a¡drede, dado por el sorteo que lo arrojó al mismo grupo de Francia, Italia y Hungría, potencias futbolísticas, sobre todo las dos primeras.
Bien sintetizado se presenta el recorrido de la Selección en el primer tramo (victoria frente a Hungría y Francia, derrota con Italia) en el que sobresale Leopoldo Luque, el viaje forzado a Rosario, algo así como la segunda casa de Menotti (superando a Polonia con un inmenso Pato Fillol), empatando con Brasil hasta llegar a aquel duelo con Perú.
Y la definición frente a Países Bajos, tuvo su momento de espasmo cuando en el minuto 90 con el partido 1-1, el tiro de Rob Resenbrink -delantero de los naranjas- da en el poste derecho de Fillol.

La apoteósis de la victoria 3-1 en la final con un Mario Kempes deslumbrante, los festejos en las calles, se ponen en contrpunto con la ambigua sensación que desata en los prisioneros de la ESMA al ver como los compatriotas celebran el triunfo desconociendo lo que ellos estaban pasando. Al respecto, Ricardo Coquet, uno de los forzados a escribir en la ESMA, sostiene «Fue lindo ganar el Mundial, pero feo vivirlo en esas circunstancias».
Uno de los puntos que se suele mencionar como de mayor contraste, es que la ESMA, utilizada como centro de torturas, estaba ubicada muy cerca del estadio de River Plate donde la Argentina jugó la mayor cantidad de partidos, incluida la final.
Lo cuestionable de la película es que se pone a alguien como Firmenich, responsable por cientos de crímenes llevados a cabo por la organización armada que conducía, a la par de las víctimas.
Sobre que representó para Passarella que Videla le entregara la Copa del Mundo, el defensor y capitán de ese plantel sostiene que fue como si se la hubiera dado una autoridad de la FIFA, en tanto Kempes (quien fue el Maradona de México 86, o el Messi de Quatar 2022 para esa Selección) evoca algunos tramos de los partidos, sosteniendo que los jugadores tenían como objetivo excluyente jugar al fútbol.
La película está en las antípodas de la visión tal vez edulcorada de la película de Renán, La Fiesta de Todos, en la que aparecía un pueblo uniforme celebrando no solo el logro futbolístico, sino también la imagen del país como ejemplar.
El emprendimiento canalizado por la plataforma de Disney provocó reacciones encontradas como las de la actual vicepresidenta, Victoria Villarruel (que la defenestró) y la ex mandataria Cristina Kirchner que la elogió.
Desde una visión objetiva pueden indicarse tanto aspectos positivos como discutibles

Fue «el Mundial de las contradicciones» asevera Fernández Moores, cerca del cierre del documental, sintetizando un poco el espíritu de Argentina 78.
La película deja como mensaje para ser interpretado: por un lado que el mundial desde lo futbolístico fue un hito que marcaría un antes y un después, desde entonces la camiseta albiceleste sería prioridad para los clubes y los jugadores; por otro, que el aprovechamiento del evento por la dictadura militar fue efímero, porque no tardarían en aparecer la crisis económica, y las denuncias cada vez más crecientes por violaciones a los derechos humanos.

Un par de conclusiones
Trailer oficial de Argentina 78
