Francisco Cerúndolo no pudo aprovechar las pocas chances que le dejó el brasileño.
Mañana comienza el ATP 500 de Río de Janeiro, con enorme expectativa sobre lo que pueda hacer el jugador carioca en su propia casa.
Hace tiempo se habla del fenómeno Fonseca, pero hay que ser cauto, la carera de un deportista de elite tiene muchos vericuetos.
Impresiona por su derecha con la que toma la pelota arriba e impacta seco desde su 1,85 de altura, el revés a dos manos, el modo que sube y toca la ball en la red, por como mantiene el pulso firme, o mentalmente maneja los partidos en los momentos complejos.
Joao Fonseca (18 años y cinco meses) se convirtió en el jugador más joven en obtener el título del Argentina Open, que cumplió con esta edición el cuarto de siglo, al vencer en la final a Francisco Cerúndolo por 6-4 y 7-6 (2) ante un estadio central del Buenos Aires Lawn Tennis repleto y encendido por la hinchada albiceleste y la torcida verdeamarela.
El conseguido en esta tarde soleada es el primer título ATP para el carioca (ascenderá de 99 a 68 del ranking mundial), que a fines del año pasado asombró por la contundencia con que ganó la Next Gen (competencia entre los mejores ocho juniors del mundo que en su momento obtuvieron Sinner y Alcaraz) en tanto en 2023 había sido campeón juniors del US Open, claro que le faltaba plasmar las proyecciones puestas en él, en el campo profesional.
Por estos días, se está generando una notable expectativa de cara al ATP 500 de Río de Janeiro que comenzará mañana en su casa. Muchos señalan a Fonseca como el «heredero» de Guga Kuerten, pero el jóven insiste en que «cada uno hace su propia historia».
Vale decir que en este Argentina Open, previo a la final, Fonseca tuvo que superar momentos complicados, como perder el primer set frente a Federico Coria, y sobre todo haber tenido que levantar dos match point en el segundo set frente a Mariano Navone, quien después sacó para partido 5-4 (así es el deporte un resultado puede cambiar el relato), pero a partir de allí Fonseca fue una aplanadora.

En la final de hoy,, el carioca arrancó quebrando el servicio en el primer juego, pero en el siguiente Cerúndolo hizo lo propio, hasta que en el séptimo game el argentino cedió nuevamente el saque estrellando un tiro en la red.
A partir de allí, Fonseca tomó las riendas del match, llevando al local a que tenga que pegar desde el fondo de cancha, y en la mayoría de esos duelos dominaba el brasileño, alternando con varios drops que le salieron bien.
Quizá su punto flojo fue cuando Fran Cerúndolo le jugaba una pelota blanda, pero no es un recurso característico del argentino.
Los intercambios de los finalistas por momento sonaban como si fueran en una cancha techada.

En la segunda manga, ya en el game de inicio, ,Cerúndolo salvó un rompimiento de su servicio, pero volvió a perderlo en el quinto game quedando Fonseca 3-2.
Luego el visitante se dio la posibilidad de sacar dos veces para partido, en 5-4 y 6-5, esos fueron los momentos en que sintió la tensión, jugó dos games irregulares; pero en el tie break ajustó las clavijas, soltando toda su potencia y se quedó con el campeonato en el primer match point, con un contundente drive paralelo
Y al cierre se escuchó la frase que estuvo latente toda la semana en el Buenos Aires Lawn Tennis: Nació una estrella.


Un párrafo final para Fran Cerúndolo, quien estuvo a la altura de la gran final (la segunda que disputa en el torneo internacional más importante de nuestro país), exponiendo entre otras cosas destellos de su drive, uno de los mejores del circuito, tanto el cruzado como a contrapié. Ocupa el puesto 28 del ranking, en ascenso, y en la noche de anteayer se dio el lujo de vencer al número 2 del mundo, Alexander Zverev.
En dobles otra alegría argentina llegó de la mano del porteño Guido Andreozzi quien se consagró campeón de dobles junto al francés Theo Arribage, dupla que consiguió en este Argentina Open el primer título ATP imponiéndose en el match decisivo a los brasileños Marcelo Melo (ex 1 del mundo en la especialidad) y Rafael Matos.
Merecido premio para Andreozzi, quien hace unos años decidió dedicar su carrera al dobles (tiene como coach a Gastón Etlis) y que encontró en su compañero galo, un muy buen complemento.

