Mario Vargas Llosa: Polifacético e inclaudicable. Novelista, ensayista e intelectual liberal renacentista

Mario Vargas Llosa fue una especie de renacentista al que ninguna expresión del arte le era ajena; escritor genial, polemista muchas veces contracorriente, enemigo de toda clase de fanatismo cultural y autoritarismos políticos de cualquier ideología.

Como novelista fue uno de los principales exponentes de la generación del boom. Premio Nobel de Literatura, entre otras consagraciones, viró de Jean Paul Sartre a Albert Camus como modelo de intelectual (aunque su última intención era hacer una revisión del autor de La Náusea a quien MVLl emuló en su juventud al punto que se lo llamaba El Sartrecillo Valiente). Como novelista fue inspirado por Floubert (y su obra cumbre Madame Bobary), Víctor Hugo (Los Miserables), Alejandro Dumas (Los Tres Mosqueteros), y más adelante por William Faulkner en el estilo de escritura, entre otros.

En ideas políticas pasó del socialismo radical al liberalismo, siendo un punto de inflexión en ese tránsito, la idea de la “sociedad abierta” de Karl Popper.

El arequipeño fue un liberal en todos los planos. En lo político por su defensa de las democracias y las garantías individuales; en lo económico por su rechazo a la expansión del Estado sobre la actividad privada (sin declinar en cuanto a igualar a las personas en el punto de partida (mediante la salud y educación pùblica); y en lo cultural por su rechazo a nacionalismos y conservadorismos. Se inclinó por argumentar en favor de no penalizar el consumo de drogas, ni a la mujer por la interrupción del embarazo, así como por la defensa de derecho de los derechos de los homosexuales, a la vez que se manifestó contrario al llamado lenguaje inclusivo y al feminismo extremo.  

Tuvo un pie en la ficción y otro en la realidad, escribiendo sus columnas semanales durante más de tres décadas para el diario El País de España -las que se distribuían a decenas de diarios del mundo-. Incursionó tanto en el periodismo como en la investigación, herramienta que desarrolló con rigor, por ejemplo en libros como La Guerra del Fin del Mundo y La Fiesta del Chivo.

Sus dos matrimonios formaron parte de su narrativa en La Tía Julia y el Escribidor; y en El Pez en el Agua, obra esta última en la cual también narró sus vivencias como candidato a presidente del Perú de 1990. Tras un romance con Isabel Presley; al final de su vida, su esposa Patricia (madre de sus tres hijos) se reconcilió, falleciendo a los 89 años en la capital peruana.

Algunas de las creaciones de MVLl

I.

Cuando la admiración es tanta, y el autor tan cercano a nuestras vidas, cuesta condensar lo que significó el paso de Vargas Llosa por esta tierra y el inmenso legado que deja el autor nacido en Arequipa en 1936 y que pasara a la posteridad el pasado domingo 13 de abril.

Quizá algunos títulos de sus exposiciones, artículos, o ensayos ofrezcan una primera pista: “La literatura es fuego” (frase que proclamó al recibir el premio Príncipe de Asturias), Contra Viento y Marea (reflejando su decisión de fijar postura ante cada tema sin medir costos), La llamada de la Tribu (ponderación de la libertad individual sobre el colectivismo), o Naciones Ficciones (dando cuenta de su posición en relación a la arbitrariedad de las fronteras).

Despedia de la Univerdidad de San Marcos a su alumno dilecto

Ante todo, Vargas Llosa fue un novelista consagrado mucho antes de recibir el Premio Nobel de Literatura en 2010. Con un estilo innovador desde sus primeras obras (alternando los planos del narrador, así como los tiempos, y una temática variada, se constituyó en un autor de dos siglos, porque si bien en el XX se consolidó como uno de los principales integrantes del boom (junto a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, José Donoso, Cabrera Infante), en el actual escribió textos de primer nivel, aún cuando parte de la crítica se empecine en calificar de sobresalientes solo sus primeros libros. No fue así, desde nuesto punto de vista se trató de una obra pareja, elevada en cualquiera de sus facetas.

Apenas algunos retazos:

La Ciudad y los Perros, su primera novela, tiene como epicentro el colegio militar Leoncio Prado (al que su padre hizo ingresar a MVLL) en el cual se reproducen los mecanismos autoritarios del país que estaba bajo una dictadura (una especie de metáfora de los claustros y los cuarteles como un estado en miniatura).  A través de los personajes también se aborda la cuestión de las diferencias sociales (sobre todo entre limeños y serranos) existentes en el Perú. Aquella obra publicada en 1963 fue la primera a la que accedimos muchos lectores, despertando el amor por la literatura. Varios años después fue llevada al cine, resultando una muy buena película (dirigida por Francisco Lombardi), teniendo en cuenta lo complejo que resulta siempre trasladar un texto a la pantalla.

En La Casa Verde (1966) se plasma la técnica de la escritura a la que se hizo referencia, y que dos años después, con Conversación en la Catedral, encontrará a MVLL en una de sus cimas literarias y que incluye, casi al comienzo, aquella pregunta de Zavalita -sobre en que momento se había jodido el Perú- que sigue recorriendo el mundo cuando se debate sobre el momento de derrumbe de un país en crisis.

El mismo Mario reconoció a Conversación en la Catedral como una de sus novelas cumbres, junto a La Guerra del Fin del Mundo (que le demandó además una gran tarea de investigación sobre la revuelta y guerra de Canudos en Brasil). Canon al que su hijo Alvaro agregaba La Fiesta del Chivo.

Conversación en La Catedral (así se llamaba un café en Lima), describe al Perú en los tiempos de la dictadura de Odría, pero sobre todo, como perméa el autoritarismo “de arriba hacia abajo», es decir en las entrañas de la sociedad. La perrera simboliza los centros de tortura; en Santiago Zavalita (alterego de VLl) y su colega Norwin se vislumbra la precariedad que tiene en nuestros lares (¡que vigente, no!) el oficio periodístico en tiempos en que era sinónimo de bohemia.

Con Pantaleón y las Visitadoras -publicada en 1973- entra de plano el humor en la obra de Vargas Llosa (un recurso que como señala su amigo y también escritor, Alfredo Bryce Echenique no estaba en los inicios). Pantaleón también fue llevada a la pantalla grande, con participación en el proyecto del propio autor.

MVLl haciendo de extra, junto a José Sacristán en el rodaje de Pantaleón y las Visitadoras

La Tía Julia y el Escribidor (1977) resultó una novela subyugante en la que personaje central es Pedro Camacho -creador de libretos de radionovelas que de a poco va perdiendo el juicio-, mientras a la par se desarrolla la vida del narrador (otro alter ego de MVLL) que desempeña varios trabajos a la vez (en la radio, en la enseñanza, etc) hasta que se casa con la tía Julia, escapando en principio al conocimiento sus padres y gran parte de la familia. (Julia Urquidi dio su versión de la historia en Lo que Varguitas no contó).

Ya eran los tiempos del boom, en gran medida a instancias de la agente Carmen Balcells, y en este diario digital hicimos referencia a la profunda amistad -antes de la ruptura por un episodio con versiones también explicitadas en aquella nota- de Vargas Llosa con Gabriel García Márquez y a aquel encuentro literario entre ambos en 1967, en Lima, donde participaron de un debate reproducido en el libro Dos Soledades.

MVLl y Gabo, en Lima
Tres protagonistas del boom Vargas Llosa, José Donoso y García Márquez con sus esposas Patricia, Pilar y Mercedes.

Antes de descollar en el género de la novela, Vargas Llosa se destacó como cuentista con Los Jefes (1959) su primer libro publicado, ganador del Premio Leopoldo Alas, y Los Cachorros (1965) que junto a otros relatos fue integrado en un ejemplar con el anterior.

En teatro, en los 80, publicó dos obras exitosas, la entretenida Kathie y el hipopótamo; y poco antes La Señorita de Tacna que tuvo dos versiones en la Argentina, la primera envuelta en polémicas al estrenarse en 1981 durante el gobierno militar, por un breve desnudo protagonizado por Camila Perissé (en los 2005 ese papel lo haría Carolina Peleritti), con la actuación en ambos casos de Norma Aleandro con Franklin Caicedo en la primera versión Carlos Portaluppi en la segunda, en el Maipo.

II

El viaje del socialismo radical al liberalismo tout court

En la novela Historia de Mayta (1984), MVLl planteaba los límites de la utopía de la izquierda revolucionaria y los mitos que la rodeaba. Un tópico muy presente en el peruano universal, era la distinción tajante entre la utopía en la ficción con la realidad de la política. Historia de Mayta es de alguna manera, una impugnación a Sendero Luminoso, y a donde pueden llevar los desvaríos de la utopía (tópico que había explorado en La Guerra del Fin del Mundo.

También alrdedor de la búsqueda de plasmar los ideales trata El Paraíso en la Otra Esquina sobre las vidas en paralelo de la luchadora por los derechos de la mujer Flora Tristán y el pintor, Paul Gauguín).

En su etapa de estudiante en la Universidad de San Marcos, Vargas Llosa había adherido a la izquierda a través del Grupo Cahuide y a la revolución cubana, pero dos hechos le hicieron abandonar de plano esas ideas: La invasión de Rusia a Checoslovaquia y sobre todo el caso de Heberto Padilla, el poeta disidente a quien obligó a retractarse la dictadura de Fidel Castro.

Para el tránsito de Vargas Llosa hacia al liberalismo, fue esencial la cosmovisión de Popper de una sociedad abierta. La teoría popperiana consiste en poner en el primer plano las ideas que se pueden refutar, lo demás es dogma.

En su canon de autores incluidos en El Llamado de la Tribu, MVLl incluye a liberales en lo económico como Friedrich Hayek, y de derecha liberal como Francoise Revel, pero asimismo a liberales en lo político y no tan cercanos a la ortodoxia económica como José Ortega y Gasset o Raymond Aron.

Apuntó en todos los foros contra las dictaduras y populismos como el chavismo venezolano, pero también advirtió sobre los artilugios que utilizan las fuerzas políticas para monopolizar el poder y evitar la alternancia democrática como cuando -polemizando con su amigo y también Premio Nobel, Octavio Paz- describió al PRI mexicano (que estuvo siete décadas en el poder) como una «dictadura perfecta».

El creador nacido en Lima, pero que desarrolló gran parte de su carrera entre Francia, España y Gran Bretaña, era un liberal todo terreno. Como se señala en el introito, contrario a todo tipo de censura en la libertad de expresión, defensor de los derechos de los homosexuales (en Conversación a la Catedral o Historia de Mayta aborda la humillación a que muchas veces eran sometidos), así como de no penar el consumo de drogas, ni a la mujer que recurre a interrumpir el embarazo; a la vez que no compartía el feminismo radicalizado, ni las cancelaciones, tampoco el denominado lenguaje inclusivo.

En las columnas Piedra de Toque, publicadas durante décadas en el diario El País (se despidió anunciando que era la última en diciembre de 2023) abordó los más diversos temas, dedicó numerosas notas críticas hacia el nacionalismo (por ejemplo era muy duro contra el separatismo catalán como un peligro para la democracia española), contra el racismo, y en defensa de la separación del Estado y la religión. En cuestiones de fe, se definió como agnóstico.

MVLL en el diario en el que era columnista con al noticia del otorgamiento del Premio Nobel

Es cierto que en su momento, coincidente con la caída de la Cortina de Hierro, el autor de La Ciudad y los Perros se mostró cercano a Ronald Reagan y de Margharet Thatcher, lo que llevó a que algunos observadores lo tildaran de conservador, pero no fue menos cierta su simpatía hacia políticos como Felipe González, o Barack Obama. Podría decirse que básicamente fue una persona de centro, dependiendo muchas veces de cuáles eran las opciones en un país determinado, y en tal sentido su postura es que siempre había que definirse pues las opciones políticas pueden ser inclinarse por el menos malo. Ello, tal vez provocó que cometiera algunos errores de apreciación que en varias ocasiones reconoció.

Apostó siempre por la democracia, y en tal sentido tuvo un cruce reproducido por los medios con un libertario chileno Axel Kaiser, en el que VLl impugnó cualquier tipo de reivindicación hacia el dictador Augusto Pinochet.

En definitiva, había un rechazo visceral del autor de El Pez en el Agua a la dictadura sea de derecha o de izquierda. Ni Castro, ni Pinochet, se podría sintetizar; a tal punto que las dos novelas de dictadores de VLL estuvieron basadas en derechistas como Rafaél Leónidas Trujillo en República Dominicana y de Castillo Armas en Guatemala.

En los fundamentos para el otorgamiento del Nobel, la Academia de Letras subrayaba como realización de MVlL su «cartografía de las estructuras de poder, y de sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, la rebelión y la derrota».

La concepción de Vargas Llosa sobre el intelectual como hombre público, derivó en su participación política activa como candidato presidencial en el año 90 (perdiendo en segunda vuelta ante Alberto Fujimori), a lo cual, explicó fue llevado por la emergencia, dado el cariz que iba tomando el gobierno de Alan García.

En El Pez en el Agua desmenuzó esa campaña electoral, reflejando en sus páginas lo crudo de la política; por ejemplo la demagogia a la que recurrieron sus adversarios exponiendo algunos de los escritos eróticos del autor (como Elogio de la Madastra) para plantear un discurso moralista ante la opinión pública; también puso en evidencia a como muchos de quienes lo acompañaron se pasaron de bando poco después que Fujimori asumió el poder.

Su enfrentamiento con Fujimori, cuando éste en 2002 impulsó un autogolpe, le valió que lo amenzaran con quitarle la nacionalidad peruana, por lo que Vargas Llosa adquirió también la española.

Vargas Llosa candidato a presidente en 1990, contó su experiencia en El Pez en el Agua

                                                                  III.

Mario Vargas Llosa inauguró el siglo XX con una fantástica novela: La Fiesta del Chivo (2000) sobre la dictadura de Trujillo y como su crueldad se desato sobre la sociedad dominicana, en el personaje Urania y el comportamiento de su padre se observa el nivel de humillación al que puede llegar un régimen de ese tipo, a la vez aparece una figura como (Joaquín) Balaguer (siete u ocho veces presidente de ese país tras la muerte de Trujillo) en extremo austero (contracara en eso del tirano) y con apego a lo ley positiva sobrevive al régimen termina usufructuando el poder.

En materia de ensayo, la publicación de La Civilización del Espectáculo generó cierta polémica, de alguna manera dividió aguas y el autor cayó en una especie de trampa cuando su vínculo con Isabel Presley lo llevó a las páginas de la revista Hola, símbolo de esa vanalidad que condenaba.

Empero, su pluma no dejó de brindar obras excelentes y sorprendentes por lo variadas. Como Travesuras de la niña mala (2006), que trata sobre la trayectoria de un hombre que persigue a una mujer casi siempre esquiva, una metáfora sobre la pasión como forma desbordante del amor que perdura pese, o gracias, a las frecuentes ausencias.   

En El sueño del Celta (2010) año en que ganó el Nobel, Vargas Llosa parece meterse con los demonios que desató el colonialismo y que -señaló el propio autor- puede producir el capitalismo cuando no es controlado por las leyes.

En tanto, en El héroe discreto, MVLl daba cuenta de una sociedad peruana que había progresado -se desprende que en virtud una macro economía ordenada- y los obstáculos con que encuentran pequeños empresarios frente a las mafias, y en otro personaje, en su propio entorno familiar.

La novela Cinco Esquinas (2016) expone de modo magistral los métodos de Vladimiro Montesinos (“monje negro” de Fujimori) que utilizaba los dineros públicos no solo para enriquecerse, sino también para financiar medios desde los cuales extorsionar opositores, a la vez que fomentaba la delación y alimentaba el periodismo amarillo. Aborda que pasa cuando un aparato político se mete debajo de las sábanas para utilizarlo como chantaje. Hay personajes muy interesantes como la periodista que se anima a romper con el sistema, o el de un comico en decadencia, sometido por los atributos del poder.

Tiempos Recios (2019), aunque parece ser una secuela de La Fiesta del Chivo, en realidad va más allá; revela el modo en que la CIA al servicio de la United Fruit opera primero frente a un moderado como (Juan José) Arévalo, y luego contribuye de modo decisivo para tumbar al gobierno progresista democrático como el de Jacobo Arbenz; a tal punto que el narrador se pregunta si de no haberse producido ese golpe, el Che Guevara se hubiera ido a Cuba para sumarse a la revolución.

En su postrera estación literaria, Le dedico mi silencio (2023), Vargas Llosa especulaba sobre la posibilidad de unir a su país natal a través de la música. Al cierre de la novela, anunciaba que sería la última.

Finalmente, no puede dejarse de lado el modo en que el personaje central de este texto puso bajo su tamiz la obra de algunos de sus pares, desde diversos enfoques, como la de su admirado Jorge Luis Borges, el uruguayo Juan Carlos Onetti, o el español Benito Pérez Galdós. Ni que hablar de la precoz Historia de un deicidio, dedicada a poderar la obra de García Márquez.

Autores peruanos como Renato Cisneros, Santiago Roncagliolo, Fernando Iwasaki han dado cuenta de lo que representa para el país incaico semejante figura y la generosidad con que siempre se manejó respecto a las nuevas camadas de escritores.

Como avasallado por el terremoto desatado en las redes, por gente que tal vez conoce al autor de La Ciudad y los Perros de manera superficial como para realizar un balance, o se maneja por clisés o estéreotipos ideológicos; el destacado cuentista y periodista Fernando Ampuero reflexionó apenas conocida la infausta noticia: “Mario Vargas Llosa ha muerto, y yo, eterno admirador de su obra literaria en el afán de expresar mi pena y mi enorme respeto a su genio indiscutible, me veo rebasado por miríadas de noticias en la prensa nacional y mundial, y, sobre todo por el aluvión de las redes sociales, con lo cual llego a la conclusión de que ya no hay nada que añadir. Todas los elogios, toda la devoción, todos los rencores han sido leídos una vez más hasta el hartazgo, ese es el destino de quienes fueron grandes hombres de su época…»

El escritor con su esposa y sus hijos Alvaro, Gonzalo y Morgana
MVLl, acompañado de sus familiares al ser incorporado a la Academia Francesa

 Al carácter universal del legado de MVLL se han referido renombrados escritores como Javier Cercas, Héctor Abad Faciolince, Sergio Ramirez, Zoe Valdés, Roberto Ampuero; su editor Juan Cruz Ruiz; en tanto el New York Times, lo calificó -a través de un especialista en cultura- como «el novelista político más inteligente y consumado del mundo».

Con la Argentina mantuvo una relación entrañable siendo un visitante destacadísimo en la Feria del Libro, y asistente a numerosos espacios en radio y televisión. Solo existió un momento de tensión cuando en una de las presidencias de Cristina Kirchner se cuestionó y hasta intentó obstaculizar su presencia. Acompañó las reformas de los 90, pero cuestionó cuando fueron apareciendo casos de corrupción; al comienzo de la gestión de Mauricio Macri la respaldó como opción de centro. En la región tuvo preferencias, por ejemplo respecto a Sebastián Piñera en Chile; o Julio María Sanguinetti y Luis Lacalle Pou en Uruguay.

Para quien esto escribe, nos dejó fisicamente su escritor favorito y de quien más libros tiene en la biblioteca -algunos de ellos firmados-, dos encuentros periodísticos, autógrafos, un par de fotos.

Como si no quisiera terminar nunca, ni decir adiós, que no hace falta. Miro en mi biblioteca y están sus libros, casi todos, como para en cualquier momento releer, o ir en busca de los pocos pendientes.  

(foto de Alicia Benavides del muro de Fernando Ampuero)

 Algunas de las tapas de diarios, de diversas partes del mundo:

MVLL en el programa Una Belleza Nueva, que se emitía en la televisón nacional de Chile, conducido por Cristian Warnken. Una verdadera clase de literatura

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.