Quizá llamó la atención que ayer por la noche, en la Feria del Libro, Ricardo Roa (Editor General Adjunto del diario Clarín) fue más duro que el propio Jorge Fontevecchia (director de Perfil), respecto a la ofensiva del gobierno contra la prensa.
Aludió a los «cabezas de termo» que rodean al presidente Javier Milei, poniendo por caso el de el «Gordo Dan» (quien le sugirió al presidente «meter presos a los periodistas por decreto»).
Agregó en relación al ministro de Economía, Luis Caputo (quien entre otras cosas dijo que el periodismo «está desapareciendo«) que no es una persona agresiva, pero «se puede esperar cualquier cosa de los alcahuetes».
El editor de Clarín añadió que el gobierno podría estar destapando champagne -después de salir de un momento muy crítico-, sin embargo busca enemigos en el periodismo.
Pasamos del «escupidero público» de Cristina Kirchner, a un presidente que propone «odiar a los periodistas», señaló Roa.
El mismo destacó que Fontevecchia «ha defendido siempre la libertad de expresión y por eso ha tenido tensiones con los diferentes gobiernos».
De alguna manera, Clarín toma distancia de la señal Todo Noticias (TN), canal oficialista del mismo grupo.
Desde una posición ideológica muy distinta a la de Roa; el abogado y conductor de un espacio de gran repercusión por streaming, Tomás Rebord, añadió que él no siente miedo de no poder expresarse, que suele recibir cataratas de insultos y que se divierte, pero es «su juego», no es periodista, por lo que no corre los mismos riesgos.
Fontevecchia (presentó su libro Fontevecchia vs. Milei), hizo un racconto histórico del periodismo y dijo que «en los agravios a la prensa inquisidora, muchas veces se esconde un ataque al sistema democrático».
“El periodismo libre y la división de poderes son piezas esenciales desde su nacimiento de la democracia burguesa», apuntó el presidente de editorial Perfil.
Si se suma a éste clima. la columna de la víspera de Carlos Reymundo Roberts en el diario La Nación; al parecer los medios tradicionales están en creciente tensión con el gobierno; a la vez, se percibe que es una estrategia montada por asesores de este último sobre la bronca de algunos sectores de la sociedad con la prensa, a la que identifican con ser parte de «la casta» (¿seguirá ese discurso siendo eficaz?).
Habrá que ver como continúa esta faceta de la «batalla cultural».
(El evento fue anunciado en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa)
