El director de la Cátedra Vargas Llosa, el escritor y periodista, Raúl Tola, se hizo presente en la Feria del Libro de Buenos Aires para participar de los homenajes al célebre autor de La Ciudad y los Perros, fallecido el pasado 13 de abril.

Tola integró una mesa de expositores, junto al reconocido escritor y periodista argentino, Jorge Fernández Díaz y el español, Juan Cruz Ruiz, además de amigo, editor durante muchos años de los libros de Vargas Llosa.

Tras la disertación, Acreditado entrevistó a Tola, quien contó de su primer reportaje a Mario, el lugar que ocupa como intelectual, y sus obras predilectas del arequipeño.

Entre otras frases salientes, afirmó:

– «Vargas Llosa, como pensador político, fue un personaje mucho más complejo que esa caricatura que se quiso hacer del liberalismo».

–«Probablemente, el día de su muerte, MVLl era el escritor más importante del mundo»

–«La Cátedra Vargas Llosa, que promueve la obra del Premio Nobel, tiene numerosas actividades en todo el ámbito de Hispanoamérica».

A continuación, la conversación completa; luego, un resumen de las disertaciones:

Durante su disertación, Tola contó una anécdota risueña de que cuando tenia 12 años y durante una reunión familiar, una tía lanzó: “Vargas Llosa, es ateo”, a lo que otra tía agregó: “Y sus novelas son asquerosas”. Eso al joven Raúl lo motivó a descubrir la obra de Mario, empezando por La Ciudad y los Perros, y no soltó más su obra, y su admiración.

“Mario era la demostración que en un país pauperizado como era el Perú se podía alcanzar la excelencia.. Y que no había que ir a los escenarios de Europa, la gran literatura podía ocurrir en Miraflores, y que ahí podía estar la materia prima para hacer literatura de calidad”.

Tola subrayó la generosidad de MVLl de ponerlo a cargo de la Cátedra Vargas Llosa, y recordó la úlitma vez que lo vió caminando en el club Terrazas (junto a Pedro Cateriano), con una campera de la U (Universitario el club del que el Nobel peruano era hincha).

Por su parte, Fernández Díaz narró sabrosas anécdotas sobre la relación que Vargas Llosa mantuvo con dos grandes literatos argentinos como Jorge Luis Borges y Julio Cortazar, también a un último encuentro con Juan José Sebrelli.

El autor de Mamá y de El secreto de Marcial, contó acerca del vìnculo del autor de La Casa Verde con Buenos Aires.

“La ausencia de Mario se hará sentir en Buenos Aires como en ningún otro lugar en el mundo, será tan eterno como el agua y el aire”, cerró Fernández Díaz con una evocación borgeana.

Por su parte, Juan Cruz Ruiz definió a Vargas LLosa como un ser excepcional sin miedo, ni capacidad de odiar.

Dijo que Mario Vargas Llosa era una persona triste desde que creyó que su padre había muerto, y lo conoció ya más grande (historia que cuenta en El Pez en el Agua, para Juan Cruz el preferido de la obra de Mario), a quien «lo salvó la literatura».

Sobre aquel cruce entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, Juan Cruz dijo que nunca le interesaron los detalles, si prefiere evocar la admiración del primero hacia Gabo, contenida en Historia de un Deicidio, y como se interesó aquel cuando se enteró que García Márquez había tenido un accidente; a la recíproca, aludió a las felicitaciones que el autor de Cien Años de Soledad le hizo llegar a Vargas Llosa tras la lectura de La Fiesta del Chivo.

El acto completo