«Mario Vargas Llosa ha escrito tantas obras maestras, que una vez que se calmen las polémicas por sus posturas políticas va a seguir siendo modelo para futuras generaciones», dijo también el multipremiado escritor, Edmundo Paz Soldán, nacido en Cochabamba (Bolivia) en 1967, con un doctorado en letras en la Universidad de Berkeley, quien siempre reconoció la influencia del Vargas Llosa novelista.
A diferencia del mencionado Premio Nobel de Literatura, recientemente fallecido; Paz Soldán descree de la necesidad del intelectual de involucrarse en los asuntos públicos; de todos modos, consultado por Acreditado, aceptó hacer referencia al clima político de su país: «La derecha quiere volver a la república unitaria, en lugar de la sociedad pluricultural, sin reconocerle en ese sentido ningún logro a Evo Morales; mientras este último sucumbió a la tentación del poder, desconociendo los límites institucionales».
Aunque regresa periódicamente al suelo boliviano, Paz Soldán reside en Estados Unidos y manifiesta su preocupación por lo que ocurre en el país del Norte. Al respecto, sus pensamientos merodean «entre la crisis boliviana y el desastre de Trump».
Tras su paso fugaz por Buenos Aires (donde participó en la Feria del Libro de una presentación de ejemplares junto con otros autores sudamericanos), mantuvimos una enriquecedora conversación con el autor de, entre otros libros: El Delirio de Turing, Amores Imperfectos y La Materia del Deseo.
La nota está reproducida en lo sustancial en el texto, con sus video-audios correspondientes.
Acreditado: El mes pasado falleció Mario Vargas Llosa, tengo entendido que influyó mucho en tu obra.
Paz Soldán: Uno de los libros que más me marcó en la adolescencia, cuando lo leí a los 14 o 15 años, fue La Ciudad y los Perros, junto a Ficciones de (Jorge Luis) Borges y La Metamorfosis de (Franz) Kafka. Los tres textos me llevaron a decir: yo también quiero ser escritor, algo que me parecía fascinante, divertido; con el añadido que con Vargas Llosa tenía una cercanía mayor por el español andino, palabras como chompa se utilizaban en Cochabamba (donde el autor de La Tía Julia y el Escribidor pasó su niñez). La obra de MVLl es muy grande, una vez que se calmen los ecos del último par de décadas, cuando se radicalizó con sus ideas políticas, estoy seguro que su legado va a quedar -¡pocos han escrito tantas obras maestras!- para seguir siendo modelo de futuras generaciones.

A: Vargas Llosa también se destacó (como en su momento Augusto Roa Bastos, Miguel Angel Asturias o Gabriel García Márquez) en la categoría de la novela “del dictador” latinoamericano.
P.S: Sí, aquella en la que en el fondo está la dictadura de (Manuel) Odría, Conversación en la Catedral, me parece su mejor novela; La Fiesta del Chivo sobre (Leónidas) Trujillo, es una gran novela; Tiempos Recios (N de la R: ambientada en los tiempos del golpe militar contra Jacobo Arbenz en Guatemala) no llegué a leerla, me quedé en El sueño del Celta.
A: MVLl tomando el modelo de Jean Paul Sartre, se refería a la importancia del intelectual comprometido con los asuntos públicos. ¿Cuál es tu visión sobre este punto?
P.S: No lo comparto como un dogma, tengo amigos no muy interesados en el día a día de la política que están escribiendo libros importantes sobre lo que está ocurriendo hoy; la patria del escritor es el lenguaje, la literatura a veces necesita ritmos diferentes que los del artículo de opinión, la reseña o el ensayo; hay libros inmediatos, otros puede que te lleven cinco o seis años, sin que estés interviniendo en el debate político. Habiendo dicho esto, admiro a los escritores que han sido activos en la esfera pública, de una forma u otra, a mi me interesa mucho la cuestión ecológica, no la política como acción -dando discursos desde una palestra-, sino la posibilidad de decir algo sobre lo que está pasando en relación por ejemplo a los temas ambientales, eso me importa.
A: Que en definitiva es política, también.
P.S: Claro, pero puedes plasmarlo en cuentos o ensayos, sin necesariamente poner un pie en la política, involucrado con lo que ocurre en el mundo.
A: En tu novela, Palacio Quemado, Oscar es un historiador que se dedica a escribir discursos prescindiendo de las convicciones, y consigue armárselos al presidente de Bolivia. A la vez, está bajo la mirada de un operador algo cínico (Coyote). Parece habitual el tema de los asesores que un día trabajan para un partido, y luego para otro de signo político distinto.
P.S: En EEUU es normal que a un presidente alguien le escriba los discursos, en latinoamérica había una tradición más informal. Cuando escribí esa novela todos tenían alguna anécdota, por ejemplo acerca de que Macedonio Fernández le escribía discursos a un presidente (Hipólito Yrigoyen), no sé si es leyenda urbana o verdad, me gustaría saberlo; en mi caso me enteré de un pariente (Fernando Díaz de Medina) a quien un día fui a entrevistarlo y descubrí que había en la pared una foto del presidente Paz Estensoro, hablando con la familia me enteré que había escrito para un par de presidentes, así fue que se me ocurrió la idea; no lo veo en principio como algo malo, pero varias veces ha pasado en Bolivia que escritores de izquierda, por abajo, se ponían al servicio de un político de derecha. En una sociedad con pocas oportunidades para vivir de tu arte, muchos lo tomaban como un trabajo más, y así escribían discursos con ideas sobre las que no estaban de acuerdo.
A: Una forma de vivir de la política, en las sombras.
P.S: … Me parecía hasta perverso, una cosa es escribir ficciones en las que puedes inventar personajes que no piensan como tu, en cambio. no se si podría estar tranquilo escribiéndole un discurso, por ejemplo a (Javier) Milei cuando pienso tan diferente; tendría que tener sincronía con el político o la política al que le escriba.
A: Al final de Palacio Quemado (así se llama la Casa de Gobierno en La Paz) que aborda la etapa del presidente Sánchez de Lozada (encarnado en el personaje Canedo de la Tapia), aparece cerca del final una revuelta de la que emerge una figura parecida a Evo Morales (Remigio Jiménez) que en la realidad un par de años después ganaría la presidencia. ¿Cuánto ha cambiado la política boliviana desde los más de 15 años que pasaron desde que se publicó dicha obra?
P.S: Los problemas continúan, para mi Evo Morales fue un presidente histórico, un indígena que llega al poder del que estaban desplazados, cuando la mayoría del país es indígena; por un lado lo que ha provocado que Morales y luego su partido (MAS) se perpetúen en el poder, es que la derecha nunca ha sido capaz de reconocer sus logros; ahora todo parece malo (sobre todo por la pelea interna entre el sector de Morales y el del actual mandatario Arce), pero en los primeros años hubo cambios importantes para el país, la derecha debió haber incorporado (a los indígenas) en el discurso si quería tener mayor viabilidad. Somos una sociedad pluricultural, en tanto en el campo opositor insisten con volver a una república unitaria.

A: Parece difícil intentar una política de centro.
P.S: Me impresiona que tanto la izquierda como la derecha terminan cayendo en los mismos errores; por ejemplo, la tentación del poder la tuvo Evo, y terminó desconociendo las reglas que le impedían que lo vuelvan a reelegir; a uno le gustaría que algún político o partido fuera el repositorio de ciertas reservas morales de la república democrática, pero ves como uno y otro terminan perversamente fascinados por el poder. Me imagino que son taras del viejo caudillismo del que no nos podemos liberar.
A: ¿Los gobiernos anteriores a Morales desde los tiempos de (Víctor) Paz Estenssoro respondían a un modelo elitista?
P.S: Justamente Paz Estenssoro fue un líder muy querido, porque condujo la revolución del 52, les dio el voto a los indígenas y eso quedó como un antes y un después, solo que se fue aburguesando con el objetivo de persistir, su partido (MNR) estuvo 12 años en el poder.
A: ¿Cómo es el actual escenario?
P.S: Hay elecciones en agosto, el oficialismo se ha dividido en tres sectores: el que responde al actual mandatario (Luis) Arce, el de Morales y un tercer candidato; lo cierto es que en la izquierda la unidad alrededor de un caudillo se ha roto. Y la derecha no ha podido unificarse, en ese caso ganaría, pero son como trece postulantes en danza.
A: ¿Te dio por aprovechar tu prestigio internacional en el mundo de las letras para presentar una candidatura?
P.S: Vamos a contarlo así, entré a estudiar Ciencias Políticas porque me interesaba la política, pero me di cuenta que no tenía el carácter para ser político leyendo un texto de Max Weber, El político y el Científico; me acuerdo de un político boliviano que decía: la política es el arte de tragarse sapos vivos, yo me daba cuenta que no podría hacer eso, pero sí a través de la literatura, escribiendo novelas políticas, o sobre temas políticos, hablar de cuestiones políticas. Encontré mi modo de relacionarme con la política que no tiene que ver necesariamente con ser un político activo.

A:Disertaste en Argentina acerca del libro La Mirada de las plantas, ¿podrías sintetizar el argumento central?
P.S: Trata de una compañía de realidad virtual que vende experiencias a la gente para drogarse sin drogarse, es como replicar un viaje en acido mediante experimentos con una planta Alitas del Cielo, a través de la intervención de un psiquiatra que va a terminar más enganchado que los propios pacientes.
A: ¿Qué te inspiró para esa novela?
P.S: Estuve varias veces en esa zona de la selva y observé lo que está pasando en esa región, para mí es el grado cero de la crisis del cambio climático en América Latina en cuanto a desforestación, contaminación, turismo chamanico… En mi primer viaje hacia allí me quede dos semanas, me agarró una inundación, no podía salir y advertí que estaban las condiciones para una buena crónica sobre lo que está aconteciendo en esa región fronteriza entre Brasil y Bolivia, solo que se terminó convirtiendo en una novela y ahí, claro, las experiencias personales se volcaron en ficción, pero hay mucho de investigación más allá de la realidad virtual.
A: Mucha gente duda sobre el cambio climático.
P.S: Es impresionante ver como el presidente de Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, es un negacionista del cambio climático, ¿dirías que un país con la cantidad de investigaciones y avances en la ciencia no deberían saber lo que está pasando?… pero ves como funciona la política norteamericana, donde grupos de poder ocupan un lugar muy especial como el lobby de la salud -que impide que haya acceso a la salud universal-, el del seguro, el del petróleo, son los principales contribuyentes a la campaña de Trump, buena parte de la política está cooptada por grupos de poder interesados en que se mantenga el status quo.
A: Aunque hubo quienes durante la pandemia acusaron a los laboratorios de estar detrás del coronavirus.
P.S: Vivimos una época conspiranoica, se desconfía de los expertos, tu tía lee algo en Wapp, te lo envía porque le parece interesante, eso de que la tierra es plana, o que las vacunas producen cáncer; ya no hay un consenso sobre cuestiones básicas, yo de niño me vacunaba contra el sarampión, ahora hay un brote de sarampión en Texas, mucha gente no quiere vacunarse; puede que tengas dudas, pero ¿extenderla a todo tipo de vacunas?, Es parte del clima que estamos viviendo, un coctel raro de negacionistas de las vacunas y del cambio climático.
A; Hace un rato compartiste con otros autores una presentación en la Feria del Libro en la que aparecieron cuestiones en común, ¿puede ser que las distopías, la inteligencia artificial, sean temas que estén marcando tendencia en un tipo de literatura?
P.S: El desafío va a ser como salir de las distopías, porque se han convertido en un lugar común, entiendo porque ocurre eso, yo también he escrito distopías: Cuando miras el futuro aparece desesperanzador, pero pienso que los tiempos de crisis son también los que te deben permitir soñar en nuevas formas de crear comunidades, de socializar, de revisar la idea de pareja, de familia, todo se pone en juego y nos implica a todos, buscar caminos esperanzadores, pensar en una especie de utopías más accesibles, no en una sociedad perfecta porque no va a ocurrir, pero estamos en los escombros de proyectos fallidos, la salida fácil no pasa por escribir más distopías, sino ver como atemperar eso con discursos o proyectos no digo buenistas ,espero que no se me entienda mal, sino que haya más equilibrio, porque no todo es un callejón sin salida, el desafío es salir de ese callejón, la imaginación es importante para llegar a eso.
A: De los libros de tu autoría, ¿cuáles son tus tres favoritos?
PS: La más cercana a mí, es Río Fugitivo, novela que escribí pensando en el último año que viví en Bolivia, marcada por la nostalgia, de mi etapa (de escritor) más realista y ambientada en la época de la hiperinflación en Bolivia. Era el tiempo del retorno a la democracia, un poco equivalente a lo que ocurrió en el período de (Raúl) Alfonsín en Argentina. Transcurre entre 1982 y el 85 durante el gobierno de (Hernán) Siles Zuazo. Trata sobre adolescentes que transitan el último año del colegio, una obra muy en deuda con La Ciudad y los Perros, pero en la mía no es un colegio militar sino un colegio católico; después ubico la última novela que he escrito, Area Protegida, ambientada en la selva amazónica sobre un culto de gente que al ver que el gobierno no hace nada respecto al cambio climático se va a vivir a la selva para crear una comunidad autosustentable; la tercera es la que estoy escribiendo ahora sobre rescatistas de gatos en el futuro.


A: Y los libros que más te influyeron en diversas etapas de tu vida.
P.S: En la adolescencia como dije antes, La Metamorfosis, Ficciones y La Ciudad y los Perros; pero debo añadir algo, por mi educación sentimental fui un gran lector de novela policial, sobre todo de los 11 a los 15, mientras otros chicos leían novelas de aventuras como a Salgari o Julio Verne, yo leía sobre todo a Agatha Christie, un montón de sus libros que me enseñaron mucho acerca de como construir suspenso.
A: Estás viviendo en EEUU ¿Te sentís autoexiliado de tu país?
P.S: Exiliado no, vuelvo tres cuatro veces al año a Bolivia donde con mi mujer tenemos una editorial, nuestros libros primero salen en mi país.
A: O sea, te sentís vinculado al mismo.
P.S: Muy vinculado al mundo cultural, además mi mamá está allí, espero viajar en julio (a Bolivia). En mis primeros años en EEUU, tenía una relación más pragmática con un lugar donde podía trabajar, estudiar, no era tan afectiva hasta que dos de mis hijos nacieron en EEUU, eso te cambia un poco la perspectiva porque te das cuenta que has vivido mucho tiempo allá, has echado raíces y te interesa el futuro de ese país que está atravesando un momento muy complejo con Trump, con todo puesto del revés; es decir, estamos en medio de la crisis boliviana y el desastre trumpista.
A: ¿Qué representa Buenos Aires para ti?
P.S: Le decía a un amigo hace poco, Buenos Aires siempre me produce nostalgias, viví mis primeros tres años de la universidad en Buenos Aires, estudiaba Relaciones Internacionales en los años 80, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, hay otras ciudades que me gustan y la paso bien, pero en Buenos Aires tengo esa nostalgia especial, yo vivía en Paraguay al 2900, a veces paso, me acuerdo de los cines, de las calles, hay algo ahí de recuperar esa adolescencia de los 80, y al mismo tiempo uno ve que muchas cosas han cambiado, los olores, las facturas. Hay algo muy entrañable en mi relación con Buenos Aires que en esta visita, por más que ha sido muy fugaz, he valorado mucho.
