Así lo indican las encuestas en vistas a la elección presidencial del 16 de noviembre. Escenarios.
Un terremoto político -en un país que atravesó numerosos sismos naturales- sacudió a Chile a fines del mes pasado cuando Jeannette Jara, del Partido Comunista, emergió como la postulante de la izquierda para reemplazar al actual mandatario Gabriel Boric.
Como efecto espejo, entre los candidatos de derecha (que decidieron eludir las elecciones internas) se disparó la intención de voto en favor de José Antonio Kast de ideas ultraconservadoras y que en más de una ocasión reconoció su afinidad con el dictador Augusto Pinochet, disminuyendo a la vez las adhesiones a la centro derechista Evelyn Matthei (quien fuera ministra de Sebastián Piñera y ex alcaldesa de Providencia).
El estallido social de 2019 que hizo explotar por los aires el esquema de dos coaliciones: La Concertación (la alianza socialista-demócrata cristiana) por el ala izquierda, y Alianza por Chile (Renovación Nacional y UDI) por la derecha; derivó en una desestructuración del -muchas veces señalado ejemplar sistema clásico de partidos. Sus efectos aún continúan. Una primera expresión fue la anterior elección en 2021 (Boric a Kast) en la que la desesperación por la crisis económica de los sectores carecientes, se impuso a la inseguridad acuciante en gran parte del país.
Ya en la administración de Boric, la reforma constitucional radical que habían pregonado los grupos reformistas del oficialismo quedó diluida al chocar con una parte mayoritaria de la sociedad.

En la reciente compulsa interna de la izquierda, Jara con el 60 % de los votos dejó en el camino a la socialdemócrata Carolina Toha (26 puntos) y a Gonzalo Winter (9 por ciento). Las dos primeras fueron ministras en el actual mandato de Boric, en tanto Winter era el representante del presidente en esa competencia.
De ser electa Jara para La Moneda, sería la primera vez que el Partido Comunista encabece el Ejecutivo en el país trasandino, aunque para tener chances de que ello ocurra -coinciden los analistas- deberá acordar posiciones con representantes de la socialdemocracia o de centro izquierda de manera de blindar sus votos (en Chile el voto es voluntario) de cara a la elección presidencial del 16 de noviembre.
Lo llamativo para los observadores, más que la victoria de la abanderada del PC en la interna del pasado 29 de junio, fue la diferencia tan holgada. En el alto nivel de adhesiones dentro de su sector -de acuerdo a un informe de Isabel Caro para BBC News– habría jugado a favor de Jara que, como ministra de Trabajo, consiguió aprobar una reforma al sistema previsional (que permite a los aportantes al sistema privado retiros parciales de fondos), y otras iniciativas como la ley que rebajó la jornada laboral a 40 horas, o el aumento del salario mínimo a más de 500 mil pesos chilenos (US$530).
En el frente interno Toha -hija de un ex ministro de Salvador Allende– había considerado durante la campaña electoral «inconveniente» que el PC conduzca el país, y criticó los posicionamientos de éste partido en relación a gobiernos como los de Cuba o Venezuela; Jara primero dijo que en Cuba hay un tipo de «democracia distinta», aunque luego reconoció la existencia de presos políticos, y sostuvo que el régimen de Nicolás Maduro es autocrático.
Concluida las primarias, Jara cuenta con el respaldo de Boric y de la propia Toha, sin embargo, hicieron ruido declaraciones del ex presidente de Codelco, Oscar Landerretche (venía de respaldar la precandidatura de Toha) quien expresó la decisión de anular su voto. Ya antes de las internas, había expresado al medio La Segunda y a bio-bio-cl: «En un sector político de nuestra izquierda, muchas de sus propuestas son nostálgicas de los años 50s y 60s, mientras un sector de derecha es muy nostálgico de los 70s y 80s neoliberales. La nostalgia no nos llevará hacia adelante».
En cambio, el senador socialdemócrata Jaime Quintana, destacó que la propia Jara dijo que concluida la interna deja de ser la postulante del Partido Comunista para serlo de Unidad por Chile por lo cual descuenta que en los próximos días se debería conformar «un programa económico que contemple la responsabilidad fiscal y el impulso a las exportaciones, además de abordar la elevada informalidad«.
En la Democracia Cristiana (que fue protagonista central de la Concertación al punto que dos ex presidentes Patricio Aylwin y Eduardo Frei Montalva salieron de sus filas), existe una fractura entre quienes convocan a acompañar la candidatura de Jara y los que optarían por la abstención; incluso hay quienes proponen presentar un candidato propio.
«No votar por Jara, significa votar por Kast«, fue el mensaje de la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, a la dirigencia de la Democracia Cristiana, durante una entrevista con el diario La Tercera.
En el debate de ayer en la ciudad sureña de Frutillar que convocó a Jara, Kast y Matthei, la primera se presentó directamente como la candidata socialdemócrata, espetando de arranque «No se preocupen, en mi gobierno no les voy a expropiar nada, digo por si acá». Y se dijo dispuesta a atender los reclamos del mundo empresarial.
Asimismo reconoció la importancia de la seguridad pública, pero «aplicando la mano inteligente, no la mano dura».
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la primera vuelta coincide con la renovación de la cámara de diputados y de senadores de varias regiones. por lo que es relevante para quien resulte ganador (en primera o segunda ronda) contar con mayoría en el Congreso. De no conseguir ningún candidato presidencial el 50 % de los votos, habrá ballotage el 14 de diciembre.
Derecha – centro derecha – libertario
En la derecha el panorama no es menos complejo.

Según todas las mediciones el éxito de Jara potenció las aspiraciones de Kast, titular del Partido Republicano, cuando a comienzos de junio era Matthei (UDI) quien lideraba en esa franja. De todos modos, más allá de que se está marcando una tendencia el voto se muy volátil.
Evelyn Matthei (quien había acompañado al pinochetismo en sus comienzos) con el paso del tiempo ha sentado virado hacia posturas de apertura diferenciadas de la llamada derecha cultural (aceptación del aborto terapéutico o del matrimonio igualitario), buscando mostrar un perfil diferente al de la extrema derecha.
«Mathei es de derecha en el sentido de promover la baja de impuestos y reducir la injerencia del estado en la educación, pero a la vez es dialoguista, capaz de reconocer los aciertos que pueden tener fuerzas políticas distintas a la suya», afirmó el diputado de la UDI, Guillermo Ramírez.
Sin embargo, el discurso confrontativo y efectista parecería recoger más adhesiones de las audiencias; en el referido cruce en Frutillar los recortes en las redes hicieron eje en los cruces entre Jara y Kast.
Este último centralizó su mensaje en «recuperar el orden, combatir al terrorismo (ponderó a los carabineros por haber «salvado a la nación»), y bajar el gasto público improductivo«.
Por estos días, desde cuentas virtuales que se adjudican a la extrema derecha, se lanzó una campaña sucia acerca de que Matthei atravesaría un principio de alzheimer.
De distanciarse Kast en las mediciones, su estrategia viraría en apuntar a la gestión de Boric, más que a los rivales de su tendencia, confiaron desde su círculo cercano a El Mercurio.
Desde quienes acompañan a Matthei (de amplia actividad académica) no dan la batalla electoral por perdida, buscarán apuntalarla en afirmar que su experiencia garantiza gobernabilidad.
Caso curioso es el de Johannes Kaiser líder del Partido Libertario -cuyo hermano, Axel, es uno de los mentores de Javier Milei-; aquel además del libre comercio defiende la libre tenencia de armas y la aplicación de la pena de muerte.
El principal problema para esta última postulación, sería que muchos chilenos observan marcadas coincidencias con Kast por lo que se inclinarían hacia este último en razón del denominado voto útil.
Pese a las semejanzas, Kast expresa a la derecha más tradicional (pregona un endurecimiento de las cárceles y las penas) en tanto Kaiser al antisistema por lo que hay especulaciones acerca de un crecimiento del lado del segmento que se podría denominar de la antipolítica o anti-esthabliment.
Queda un candidato que sigue siendo un enigma, el empresario Franco Parisi (que fue candidato en la elección anterior viviendo en Estados Unidos), quien propone medidas pragmáticas (baja de algunos impuestos, pero a la vez un banco público para asistir a las Pymes). En 2021 Parisi salió tercero y terminó apoyando a Kast en el ballotage; en la presente oportunidad, de cara a la primera vuelta, le estaría quitando votos a este último.
Desde el espectro de la derecha, hubo quienes deslizaron como posibilidad que pasen a la segunda vuelta dos candidatos de esa tendencia, escenario que todos los analistas están descartando.
A cuatro meses de la compulsa electoral el panorama está abierto; en democracia, las especulaciones callan cuando se cuentan los votos.
(Informe exclusivo para Acreditado)
Veamos ahora que dicen las encuestadoras con los datos recabados al 20 de julio de 2025.
Según las mediciones de Criteria encabeza Jara con el 29 %, seguida por Kast 27%, Matthei 16%, Kaiser 7%, Parisi 6%.
La empresa Cadem Research y Estrategia midió escenarios de segunda vuelta (si un postulante no consigue más del 50 % en la primera) según los cuales Kast superaría a Matthei por 6pts (37% vs 31%) y a Jara por 11pts (47% vs 36%); en tanto, Matthei también derrotaría a Jara por 5pts (42% vs 37%).
Agrega que el 35% (+5pts) cree que Kast será el próximo presidente de Chile, mientras 30% (+5pts) piensa que será Jara y 12% menciona a Matthei (-5pts).
En atributos presidenciales -indica el informe de Cadem- Jara se perfila como una candidata “capaz de generar diálogo y acuerdos” (41%), “tolerante frente a la diversidad” (48%), “simpática/o” (44%), “capacidad para hacer cambios en educación, salud, pensiones y vivienda” (38%), “cercano/a” (43%), “carismático/a” (41%) y “genuino/a”. Kast es un candidato que “tiene carácter” (34%), “autoridad y liderazgo” (36%), “capacidad de hacer crecer la economía y generar empleo” (38%), “preparado para ser presidente” (32%), “capacidad de resolver los problemas del país” (35%), “capacidad para enfrentar la delincuencia y el narcotráfico” (37%), “capacidad para resolver los problemas de inmigración (38%), “podrá hacer cambios radicales” (36%). Matthei, Parisi y Kaiser no logran imponerse en ningún atributo.
En la segunda semana de julio -concluye el paper- 38% (+2pts) aprueba la gestión del Presidente Boric, el nivel más alto desde junio del 2023, y 55% (-1pto) lo desaprueba.
