Empleando una metáfora futbolística, el profesor José Luis Gargarella expresó que en la actual etapa de la política mundial «el clásico de los clásicos es la democracia liberal frente a los populismos (de derecha e izquierda)». Por otra parte, el especialista se refirió a la profundización de la grieta argentina. «Las guerras civiles comienzan con ese tipo de enfrentamientos», alertó.
Existe una crisis de la democracia que está bajo asecho especialmente desde la crisis de 2008, lo cual se manifiesta en la reacción de sectores que aprovechando motivos -a veces fundados- ponen en riesgo la libertad y el estado de derecho.
Tal es la visión del catedrático de la UBA y la Universidad de Palermo, quien ve un panorama similar al de entreguerras del siglo pasado.
Una respuesta del liberalismo político ha sido la unificación del centro, y un ejemplo paradigmático en ese sentido -citado por Gargarella-, es el del premier de Francia Emmanuel Macron, quien tras su paso como ministro de Francois Hollande (socialista), una vez llegado al gobierno convocó al otro lado del espectro; como contracara, han aparecido los «chalecos amarillos» (supuestamente con proclamas igualitarias, pero con un fuerte componente racista), mientras al mismo tiempo se promueve una internacional conservadora que aboga por «mayor desigualdad» (Steve Bannon, estratega de Donald Trump, mantuvo una reciente cumbre con el integrante de la alianza que gobierna Italia, el derechista Matteo Salvini).
Algo parecido al intento de Macron, señaló el docente de Teoría del Estado, sería el armado de la coalición Cambiemos (con un centro derecha y un centro izquierda).
En el caso específico argentino -a diferencia de democracias más maduras como las de Chile o Uruguay- una de las estructuras de la alternancia está identificada con un populismo de rasgos autoritarios.
«LAS GUERRAS CIVILES COMIENZAN CON LAS GRIETAS»
En la segunda parte de la entrevista para el programa «Una Mirada en el Tiempo», Gargarella explicó los antecedentes de la grieta; azuzada por los nuevos medios de comunicación cuyos participantes «se encierran en tríbus».
En tal sentido, el entrevistado destacó el peligro que entrañan los fundamentalismos que se advierten de un lado y del otro de la brecha.