Periodista y editor de enorme trayectoria, Juan Cruz Ruiz participó en la Feria del Libro de la conmemoración de cierre por el siglo de Fervor de Buenos Aires, primer libro de poemas del inmortal Jorge Luis Borges. Su voz es más que relevante para conocer aspectos del personaje homenajeado; por sus actividades, Cruz Ruiz conoció a cientos de autores, muchos de ellos consagrados.
El también escritor español se refirió a la instancia en que conoció a Borges en Madrid (1980) y a sus cualidades personales y literarias en el evento que el sábado pasado -en la sala Tulio Halperín Donghi- compartió con el director de la Fundación El Libro, Alejandro Vaccaro (uno de los principales coleccionistas de la obra y objetos de Borges); y Valerie Miles (editora norteamericana, traductora del libro de Bioy Casares sobre el autor de El Aleph).
“Borges era un ser extraterrestre, buscando la excelencia en literatura, fue la propia literatura; a la vez el escritor más sencillo que conocí, una personalidad sobre la que luego hubo controversias por quien adquirí una admiración superior», afirmó Cruz Ruiz.
Este último, quien escribió el libro de memorias Egos Revueltos, continuó hablando así de Borges: «Grato, agradable, de inteligencia prodigiosa…He conocido a Cortazar, Onetti, Octavio Paz, entre muchos; Borges no tenía ego, (si uno no le preguntaba) nunca hablaba de sus libros, ni de lo que pensaba hacer”.

También destacó en Borges la sintaxis con la que afrontó la escritura de los otros, y el amor que inspiraba por la sintaxis, el mundo dividido en visible e invisible en el que este último se reflejaba en aquel.
El legendario periodista del diario El País de España contó varios detalles de aquel primer encuentro en Madrid, cuando fue acompañante de Borges y éste último en el auto cantaba canciones islandesas, habló en inglés antiguo, y en una comida pidió vicyssoise (sopa) que el anfitrión-dada la ceguera del visitante- tuvo que darle con la cuchara; también evoco la noche de despedida cuando JLB le pidió a Juan Cruz Ruíz que le arme el equipaje (con camisas muy elegantes y prolijas), le dijo: «Hágame el favor de cerrar la valija, así (la ropa) puede respirar mejor»
«Borges viajaba con Borges», apuntó el nacido en Tenerife quien también fue editor de Alfaguara; quizá como cuando el recordado Facundo Cabral decía «los mejores no compiten. Yo puedo competir con Borges, pero él no conmigo», sostenía el inolvidable creador y cantante tandilense.

En tanto Valerie Miles, neoyorkina radicada en España, especialista en Roberto Bolaño recordó que el autor chileno tenía una parte principal de su estantería, solo dedicada a Borges y narro una anécdota acerca de como consiguió esos ejemplares.
Sobre su acceso al autor evocado, Miles recordó que cuando estaba en la Universidad de Pensilvania sacó un libro de la biblioteca, una antología de cuentos entre los que estaba Funes el memorioso. «Yo era demasiado joven para entender lo que estaba leyendo pero tuvo un impacto casi físico, de claustrofobia, leer a un hombre que no puede de olvidar. Olvidé por un tiempo el nombre hasta del autor, pero el de Funes jamás” dijo Miles quien leyó fragmentos del Libro de sueños y exaltó Otras Inquisiciones y al relato La esfera de Pascal como unos de sus favoritos. También destaca de Borges la idea de»la historia universal contenida en unas metáforas»
Miles está concluyendo la traducción del libro de Bioy sobre Borges. Ambos -intercedió Cruz Ruiz- cenaron juntos en alrededor de dos mil oportunidades (N de la R: aunque algunos años circunstancialmente se vieron poco).
De las conversaciones entre Borges y Bioy -subrayó Miles-se desprende que Buenos Aires era el centro del mundo.
La norteamericana también experta en Borges, había resaltado (sobre Fervor) como el mismo intentaba parecerse a Walt Whitman en Himno al Mar (poema que había publicado en Sevilla en la revista Grecia el 31 de diciembre de 1919).
Por su parte Vaccaro señaló que Fervor de Buenos Aires nació en junio de 1923 (N de la R: se publicó por primera vez en esa fecha, ya que algunos poemas fueron escritos bastante antes). «Borges tenía veintitres años y ya había reunido una importante cantidad de poemas. Le dijo al padre que quería publicar un libro. El papá entonces le dijo ‘averiguá y yo te doy la plata para hacer la edición’”.
Vaccaro, factótum de poner la edición de la Feria del Libro 2023 bajo el faro de Fervor de Buenos Aires (al que se dedicaron tres jornadas), indicó que el libro no tuvo editor sino que fue del autor a la imprenta. “Borges consiguió a la imprenta Serantes, una de las que había en el Buenos Aires de los años ‘20 y publicaba todo tipo de cosas, entre ellas una revista que tenía que ver con la exhibición de modelos femeninas”.
El padre de JLBorges (Jorge Guillermo) financió la publicación de los 300 ejemplares de Fervor…La edición princeps no contó ni con prólogo, ni índice», narra el reciente número de La Nación Revista dedicada al libro en cuestión.
Allí también se detalla que la hermana Norah habría sido la diseñadora de la primera tapa y que el padre -según se lo confiara el autor a Antonio Carrizo en las entrevistas que hacían por radio Rivadavia– realizó numerosas correcciones en un ejemplar que se había guardado, y que el autor al encontrarlo las introdujo en la edición de Emecé. Y los poemas que estaban tachados los omitó».

Lo peculiar de Fervor de Buenos Aires es que luego tuvo varias ediciones. Su publicación inicial en 1923 contenía 46 poemas, pero la actual incluye 36 Borges decidió excluir algunos de su obra original y modificó otros en las versiones de 1953, 68 y 69.

Vaccaro advirtió sobre que el debate que se abre acerca de cómo los herederos de Borges (los sobrinos de María Kodama, viuda del escritor) van a editar las obras del autor de Ficciones.
El traductor bengalí de Borges, Razú Alauddin, quien participó de una de las celebraciones apuntó que varios poemas de Fervor preanuncian su obra futura. «Las Calles», «Final de año», «La rosa» «Un patio», en los que va denotando su obsesión por ciertos temas Buenos Aires, el tiempo, la filosofía, los sueños.
En un exceso de autocrítica o perfeccionismo (en el mencionado interviú de Carrizo citado por LN Revista) Borges había rescatado solo un poema de Fervor, Llaneza, dedicado a Haydéé Lange «la mujer más linda de Buenos Aires. Claro que nadie conoce a todas las mujeres de Buenos Aires, pero tenia esa fama». Sin embargo, existe coincidencia acerca del valor de la obra iniciática del escritor argentino más universal.
Como la postrera convocatoria en la Feria del Libro en Palermo se realizó bajo el lema El Primer Borges, éste cronista le consultó a Vaccaro biógrafo y coleccionista de Borges sobre que etapa se puede tomar como la del Borges iniciático y sobre sus ideas políticas.
«El primer Borges considero que se extiende hasta 1930 cuando deja la etapa experimental», sintetizó Vaccaro; en cuanto a sus concepciones políticas se conoce que era escéptico respecto al Estado (defendía una especie de individualismo anarquista) tras haber apoyado circunstancialmente al yrigoyenismo, desde una especie de «criollismo» contrapuesto al nacionalismo, antinacionalismo que se irá profundizando para volcarse hacia lo cosmopolita; precozmente había simpatizado con la revolución bolchevique de 1917 e incluso escribió unos poemas en España en favor de la misma (uno titulado Rusia para la citada revista Grecia durante su viaje a Europa previo a terminar Fervor de Buenos Aires), pero pronto se desencantó sosteniendo que la Unión Soviética se había convertido en el zarismo que vino a combatir.
Segundo Figarillo