Pese a que los diarios digitales no tienen el límite de espacio de la hoja de papel; el lector actual parece no resistir -si es atrapado por el título- más que la lectura de un par de estrofas.
Podría decirse entonces que no hay nada nuevo bajo el sol, o que «para novedad los clásicos»; y en materia de cine sobre la prensa, un film ineludible es «Primera Plana» en la que el dueño de un diario (protagonizado por Walther Matthau) el Chicago Examiner, le pide a un veterano periodista (encarnado por Jack Lemmon) que acaba de casarse (con Susan Sarandon) que postergue la luna de miel para cubrir la escena de un crimen.
En un momento febril del cierre de un artìculo, el cronista estrella le va diciendo a su jefe como va quedando la nota. Cuando este último (Walter Matthau) le consulta si puso al comienzo el nombre del periódico y aquel le responde que lo hizo en el segundo párrafo; llega la famosa afirmación: ¿Pero quien lee el segundo párrafo?

Esa especie de «verdad revelada» parece haberse acentuado en la necesidad de simplificar al máximo los textos, importando mucho más el impacto superficial que el contenido, o la explicación.
Ya no solo se impone aquel aserto de Gracian «si lo breve es bueno dos veces bueno», sino que bueno o malo, lo importante es que sea breve.
Un tema para debate no solo sobre los medios, sino acerca de la lectura en general.
Aquella película del año 1974, expone también otras cuestiones sobre la prensa, la actividad como negocio (expuesta en el propietario del diario) y la pasión del periodista que lo desborda al punto de poner en riesgo el viaje matrimonial.