El «Dilema» del Tenista.

El jugador de tenis suele tener un golpe natural por excelencia (el drive, el revés, o siendo muy alto probablemente el saque). La cuestión que se le presenta -más que al tenista a su entrenador- es si insistir, machacar sobre el tiro en que su pupilo se destaca, o potenciar todas las habilidades.

Los entendidos en el deporte de las raquetas suelen decir (tomemos el caso de un derecho) que el revés es un golpe natural (una vez que se aprende la técnica), mientras el drive funciona a fuerza de repetición.

Es probable, pero generalmente un tenista se destaca en un golpe determinado (Gastón Gaudio, Richard Gasquet o Guga Kuerten con el revés; Pete Sampras o Novak Djokovic con el drive, etc)

Volviendo a la situación del coach ¿le conviene que su entrenado, que tiene un drive sublime, cargue el 80 % del entrenamiento a la derecha (estamos exagerando para argumentar) y reparta el resto del tiempo con los otros tiros; o que le dedique igual tiempo a cada uno de ellos?

Dejemos el tenis como metáfora, esa duda me surgió en un curso de Formación Docente cuando la profesora expuso las diversas metodologías de enseñanza (hay más de una docena de sistemas), pensando en cuales se adaptaban mejor a mis condiciones.

Mi talento (paso a la primera persona por un instante) pasa por la escritura, la reflexión y la preparación de una clase; en cambio mis dotes no pasan por lo histriónico, ni siquiera lo gestual, o la memoria.

Entonces, me preguntaba: ¿Es mejor preparar una clase repasando los temas con una guía dispuesto a hacer análisis o a responder preguntas; o ensayar una preparación actuada aunque sienta que no tengo condiciones para ello?

Como periodista, si no soy muy ducho en la improvisación, ¿no es mejor llevarme un esquema preparado con anotaciones para estar seguro?

A mi entender, la opción superior es profundizar, ir hasta el final en lo que uno es más talentoso. Obviamente, las necesidades laborales pueden llevar a tener que hacer cosas en lo que uno no se siente mejor capacitado; pero la cuestión en no salirnos de nuestro eje.

Creo que una clave del éxito en el caso de un publicista o analista es constituírse como un referente en algo, especializarse «dentro de la especialización» (por ejemplo en historia del tenis, o en Domingo Sarmiento, por dar dos ejemplos de ítems completamente distintos) al punto que cuando se hable de determinado tema o personaje seamos una fuente de consulta.

Volviendo imaginariamente al court, si soy bueno en el drive explotaré al máximo ese golpe y fortaleceré las piernas, para en el caso que me jueguen a la izquierda (insisto en el caso de un derecho) «invertirme», o sea correr rápido hacia la izquierda para poder pegarle con la derecha.

Obviamente tendré que saber jugar con el revés (aunque sea manejar ese tiro con slice (cortado), pero respetando mi «patrón» de juego en el ejemplo a partir del drive.

El debate queda abierto; lo dejo volcado por escrito, porque escribiendo es como me siento mejor.

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