VARIACIONES ENIGMA es una novela sobre pasiones desatadas, celos, y resignaciones ante lo que no se puede cambiar.
Paul observa desde la puerta de un restaurant neoyorkino a su pareja, Maud, conversando animosamente con un tipo y desde ahí empieza a internalizar una ráfaga de emociones, a imaginarse engañado conjeturando con que ambos se están acostando juntos y que esta persona (de nombre Mark) pronto va a ocupar su lugar.
Entonces el primero huye, se va a jugar al tenis con un compañero, intenta «superar» esa angustia mientras golpea con fuerza la pelota, pero no puede. La imagen de Maud y Mark le copa la mente, recuerda sus encuentros sexuales con ella, se compara, y al mismo tiempo experimenta un sentimiento respecto a un hombre que lo invita a ser su pareja en un partido de dobles.
Una noche próxima Paul concurre a una fiesta -a la que también asisten su novia y Mark – creyendo advertir que ambos se acercan, se tocan… en definitiva se siente desplazado de la vida de Maud. Se retiran juntos y cuando aquel le pide a Maud que despeje sus sospechas, ella se muestra extrañada acerca del verdadero motivo de las dudas.
– Por como (Mark) te miraba… tenía los ojos puestos en tí- explicita Paul.
A lo que ella le replica: – No, querido, los tenía puestos en tí.
Es Maud entonces la que se siente víctima por la atracción que Paul tiene en los hombres -y que ellos despiertan en él- pese a lo cual Maud confundida piensa que su compañero en realidad estaba sintiendo algo por otra mujer -que había asistido al evento- Claire (vale la pena retener ese nombre) presente en el evento… Aún así lo sigue queriendo.
-No quiero perderte-, se despide Maud. Pero sabe que la suerte está echada.
Más allá del tema lo que atrapa es el vértigo del texto, el cambio de planos, como por ejemplo en la escena recién comentada, (que corresponde al capítulo II) de pronto quien se siente acomplejado o desplazado pasa a ser el causante de la ruptura.
El protagonista principal, ya lo sabe el lector, desde la primera adolescencia sintió tendencias hacia lo masculino algo que en parte parecía sublimar con mujeres que les parecía atractivas. Pero al tiempo descubría que el cariño femenino le era insuficiente
En concreto, Paul se termina enamorando de Manfred, al que venía cotejando, sin que el hombre con quien solía cruzarse en la cancha de tenis lo correspondiera. Pese a que lo ve seguido en el vestuario, ni siquiera conocía su nombre hasta que se entera que tiene novio y el descubrir que es homosexual lo lleva la búsqueda de reemplazarlo, lo que tras perseverar consigue.
En referencia a sus primeras vivencias, en el capítulo inicial lo tenemos a Paul con 12 años encandilado por un ebanista (sobre todo por las manos) a quien lo empieza a ayudar en sus tareas. Una de esas tardes descubre a su madre saliendo de la casa-taller del reparador de muebles; algo sobre lo que guardará silencio. Cuando el chico insinúa sus pulsiones al artista este último le pide que se aleje. Años después (ya el padre de Paul ha fallecido) el hijo encuentra una carta que le da pruebas sobre un vínculo de su progenitor con este hombre.
Ambiguedad
Retomando la narración de la etapa adulta, el protagonista central comienza una relación compleja con una compañera de la universidad de Boston, Chloe, los une una amistad de a ratos volcánica,otras veces cargada de escepticismo.
La muchacha se termina casando con otro hombre, pero los encuentros entre aquellos continúan como remedio para la soledad al punto que organizan un viaje secreto al predio donde estudiaron y compartieron pieza juntos. Pero ella está segura que finalmente él se irá con Manfred; en tanto Paul revive -y le confiesa a su compañera- que tres años después de egresado mantuvo un amorío secreto y fugaz con el primer profesor.
Como con Maud, la despedida respecto de Chloe será agria. La última noche ella reflexiona que quizá lo que hay entre ellos «es algo quizá sin vida, pero que no morirá nunca, porque ambos se entienden y cuando les falte otro estarán dispuestos a hacerse compañía».
Esa bisexualidad latente si bien al protagonista le produce momentos placenteros, suele hacerlo sufrir; a sentirse siempre desubicado, mientras va dañando el vínculo con las mujeres que lo desean pero no pueden cristalizar el amor, a la vez que se va lastimando el mismo.
Como denominador común de las historias, parecería que la relación de Paul con los varones se define más por la atracción física y con las mujeres desde el corazón.
En el último apartado el protagonista se involucra con una joven dama, Heidi, que lo llama «Queridisimo» y que luego de fracasar con una nota para una revista de opera le pide consejos por mails y en bares para publicar un artículo sobre una mezzosoprano, María Malibrán. Heidi, que hace de admiradora; lo seduce, lo provoca, hasta que lo termina despechando, demoliendo en su expectativa e conquistador.
Paul asume que será el recuerdo postrero, pero sorprende a quien le está comentando de ese ensayo acerca de la cantante y diva: Se lo cuenta mujer con la que comparte el hogar, especie de refugio cuando las pasiones ya se han agotado.

Frases:
- «Llevamos muchas vidas, manejamos más identidades de las que nos gusta admitir; nos dan todo tipo de nombres cuando de hecho uno y solo uno basta».
- «Vivía en un futuro que no le correspondía habitar; ansiaba un pasado que tampoco había sido suyo».
- «Quizás no haya vidas verdaderas o falsas, solo ensayos para papeles que tal vez no tengamos nunca la suerte de interpretar».