La destacada antropóloga y Dra. en Filosofía y Letras, Claudia Alicia Forgione, sostuvo que es muy difícil abordar de manera completa y equilibrada lo ocurrido con los pueblos originarios en territorio argentino, sobre todo ahora cuando se buscan respuestas históricas ante los conflictos políticos que ocurren en el sur de nuestro país. (Más abajo la entrevista radial realizada junto a Zulma Prina y Carlos Pensa para el ciclo Una Mirada en el Tiempo)
«(Julio Argentino) Roca no fue un genocida, aunque hubo muchos episodios deleznables»; sostuvo Forgione, quien subrayó que de todos modos, el luego dos veces presidente argentino concluyó un proceso que venía desde mucho antes, a tal punto que «la primera campaña del desierto fue realizada por Juan Manuel de Rosas en 1830 (teniendo como compadre a los Calfucurá que hacían como una especie de informantes), siendo recompensado al año siguiente con tierras.
La experta destacó que en la conquista del desierto -concluida por Roca- también hubo grupos aborígenes cómplices del Ejército argentino, a la vez que hombres de este último hicieron alianzas con aquellos.
Parte relacionada de la entrevista radial a la profesora Forgione:
Cabe señalar que los historiadores mantuvieron miradas encontradas sobre una cuestión crucial como la que trata esta nota. Desde Osvaldo Bayer que promovió iniciativas para derrumbar el monumento a Roca por considerar que cometió un exterminio (ubicado en el centro porteño) hasta Rosendo Fraga quien ponderó su estatura de político y militar de JAR; pasando por José Ignacio García Hamilton quien refirió la imposibilidad de analizar los hechos con la perspectiva actual. En tal sentido, Forgione apuntó que en los años de la Organización Nacional estaba en boga la idea del desierto como un sitio despoblado por la civilización.
Forgione destacó a comienzo del siglo XIX aldeas completas de mapuches con sus caciques ingresaron a Neuquén, Río Negro, Los Toldos, Azul, etc, desplazando a los tehuelches que tenían sus posesiones allí.
El ganado era codiciado tanto por los araucanos o mapuches como por los pobladores de la colonia (con sus compromisos respectivos de llevarlos a territorio chileno los primeros, y los segundos exportarlos a España e incluso a Inglaterra), desde entonces se desató un conflicto que fue escalando. También «la maloneada fue terrible», aunque eso no justifica las matanzas ni los procedimientos atroces de los milicianos que alcanzó incluso a los indígenas de Chaco y el norte.
Un tema muy ignorado -puntualizó la entrevistada- es el de los tehuelches que realizaron y siguen haciendo una gran obra por ejemplo en Chubut, donde mantuvieron un trato muy amigable con quienes fueron llegando al lugar como los galeses cuya inmigración llegó preferentemente a esa zona.




De arriba a abajo: La Campaña del Desierto de Rosas, los malones, la campaña de Roca, los conflictos actuales en la Patagonia que siguen abiertos