La Grande Librairie, programa de la televisión francesa dedicado a la literatura, invitó a destacados novelistas y ensayistas -desde Salman Rusdhie a Paul Auster; de Edgard Morin a Douglas Kennedy- para armar una «biblioteca ideal» con sus preferencias.
Se trató de la edición 500 del prestigioso ciclo (de TV5 France) y de la despedida de Francois Busnel quien magistralmente lo condujo durante 14 años .
Ficciones libro de cuentos de Jorge Luis Borges fue el elegido por Salman Rusdhie (autor de Hijos de la Medianoche y Versos Satánicos por el que fue censurado y perseguido por musulmanes ortodoxos y condecorado por ejemplo en Inglaterra). Rusdhie es considerado un gran autor de literatura fantástica
Paul Auster escogió como uno de los libros «más hermosos» que ha leído Al Faro de Virginia Woolf, en tanto Edgard Morin (quien superó el siglo de edad y fue visita habitual de La Gran Librería) se inclinó por Crimen y Castigo de Fiodor Dostoyevski como una obra que refleja el espíritu humano.
En ese sentido, y como un libro que lo tiene todo, el escritor y periodista Philippe Labro puso al tope a Los Miserables de Victor Hugo.


Por su parte, el Premio Nobel, Jean Marie Gustave Le Clezzio se refirió a Secuestrado de Robert Stevenson como una de las obras que más impacto le causó, mientras Douglas Kennedy (La sinfonía del azar), escogió como su obra favorita El fin del Romance de Graham Green. La obra de otro Kennedy (John Kennedy Tole ): La Conjura de los Necios, fue la preferida por Philippe Claudel
Por su parte, una escritora de enorme actualidad como Amélie Nothomb (Sed) se volcó por Les jeunes filles de Henry de Montherlant; un texto provocador para la época.

También best sellers…
Hay autores que por su masividad parecen contraponerse a lo calidad de un clásico pero no es óbice para que sean elegidos por capacidad en su género, es el caso de Stephen King con Misery, la opción tomada por Cécile Colon
El muy premiado y carismático canadiense Dany Laferriere, tras dudar en inclinarse por un autor aristocrático en el uso del lenguaje como Borges, se volcó hacia El Lamento de Portnoy, de Phillip Roth, y aunque intercambió comentarios sobre la abundancia de sexo y hasta de cuestiones polémicas en su contenido, dijo que es un libro que lo atrapó en el sentido de ser políticamente incorrecto en todo, incluso más en lo que tiene que ver con sus orígenes y que esa provocación le hacía imposible abandonar el texto.

Polémica por Kundera
Leila Silmani, novelista que recibiera el premio Gouncourt, subrayó lo que fue para ella como fuente de inspiración La Insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera «El amor en pugna con la libertad, el erotismo, la posiblidad de ponerse uno en los diversos personajes, un libro que me fascinó y me estremeció».
En cambio, la profesora Marie Helen Lafon deslizó que nunca pudo entender a Kundera; a la hora de pronunciarse optó por C est le guerre de Louis Calaferte. También aludió a la calidad literaria del creador de Madame Bovary y La Educación Sentimental, Gustave Flaubert.
Quien también recibió el premio fue el autor revelación Mohamed Mbougar Sarr quien en una de sus obras hace una importante referencia a Roberto Bolaño escogió como principal obra a Moby Dick de Melville al considerar su trama como una metáfora de la tarea del escritor.
En cuanto ala temática de la mujer, fueron escogidos El Segundo Sexo de Simone de Bouvair (elegido por la filósofa Elisabeth Badintert) y La amante de Margarite Duras.

El escitor y docente Daniel Pennac hizo una defensa de El libro del Desasosiego de Fernando Pesoa como una obra suprema.
Otros títulos mencionados como imprescindibles para integrar la biblioteca ambulante (Busnel iba introduciendo en una especie de baúl los ejemplares seleccionados) fueron En Busca del Tiempo Perdido de Marcel Proust, y Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand (algunos fragmentos sublimes de la obra fueron relatados por un narrador)

