Alcaraz, el crack con la sonrisa dibujada en el rostro, se consagró como el campeón más joven del Argentina Open

Carlos Alcara superó en la final al preclasificado N 2 Cameron Norrie por 6-3 y 7-5, ante un Buenos Aires Lawn Tennis repleto y a pleno sol. El español obtuvo su séptimo torneo ATP y quedó muy cerca en el ranking mundial como escolta de Novak Djokovic.

Carlitos, todos lo conocen por su diminutivo, desde que irrumpió como un fenómeno del tenis y se lo empezó a mencionar como el sucesor de Rafa Nadal (tamaña mochila, pero no alejada de la realidad en el ítem de las potencialidades).

Se trata de Carlos Alcaraz, quien llegó como favorito al Argentina Open y cumplió con creces, yendo dentro de su elevado nivel de menor a mayor lo cual se explica por la inactividad de cuatro meses por una lesión que lo dejó afuera del Australian Open.

Claro que estaba aún fresco el título que alcanzó en el último USOpen (¿el primer título de Grand Slam un hispano lo obtuvo en canchas rápidas? Si fue así, por razones que no vienen al caso ya no es tan extraño) así como el N 1 del mundo.

Al Abierto de Buenos Aires llegó siendo N 2, y a la postre quedó situado como el campeón del ATP 250 porteño de más alto ránking, junto al brasileño tricampeón de Roland Garros, Guga Kuerten.

Y paradójicamente Carlitos tiene una semejanza con Guga, la alegría por el juego, la sonrisa en el rostro, un plus en el atractivo para el público que colmó el Buenos Aires Lawn Tennis en cada presentación del murciano.

De punto a punta

Como señalamos Carlitos Alcaraz fue encontrando su punto en el Argentina Open 2023 justo a medida que avanzaban los partidos: Su primer compromiso fue ante el buen tenista serbio Laslo Djere (el único que le quitó un set en el campeonato), siguió su marcha frente a otro jugador de la misma nacionalidad que Djere y Djokovic, de eximio revés y ex finalista de Montecarlo, Dusan Lajovic, se cruzó en semifinales ante una de las sorpresas del torneo, Bernabé Zapata Miralles (este último sacó a los dos mejores argentinos del ranking Francisco Cerúndolo y Diego Schwartzman); cerrando Alcaraz su participación exitosa frente al preclasificado 2, el británico Cameron Norrie, casi top ten y ex campeón de Indian Wells.

El juego de Alcaraz reboza inspiración, diestro, maneja la derecha como un pincel, alternando potencia con toques y cuando retrocede para tomar impulso consigue ángulos espectaculares; tiene de Nadal la ubicuidad para quedar la mayor de las veces situado en el lugar exacto hacia donde va la pelota; el timing y técnica que lo acerca a Roger Federer y una velocidad de piernas a la manera de Nole.

De los big three tiene también el fuego competitivo. Dentro de una categoría superlativa, quizá apenas podría mejorar la contundencia con el primer servicio y evitar algunas pequeñas lagunas que inconscientemente se producen porque siente que está en condiciones de volver al partido.

En la final de ayer ante Norrie, si bien Alcaraz era el favorito se tenía que encontrar con un rival de enormes progresos.se habían enfrentado en cuatro oportunidades con tres victorias para Alcaraz y la última para el nativo de Sudáfrica pero que se fue con su familia de chico a vivir a Escocia. El británico, zurdo, tiene un revés con el que suele conseguir tomar la cancha y el drive cuando es profundo se hace difícil contrarrestarlo.

Alcaraz es coacheado por Juan Carlos Ferrero (ex 1 del mundo) quien en Buenos Aires le dejó el lugar como coach a Antonio Cascales (ex entrenador del propio Mosquito), el padre de Carlitos también fue tenista; mientras Norrie se destacó como jugador en la competencia universitaria en EEUU donde representó a la Universidad Cristiana de Texas donde conoció a su actual conductor, el argentino Facundo Lugones.

El primer set de la definición tuvo dos etapas bien marcadas. La primera hasta el 3 iguales pareció un juego de ajedrez, con cada jugador tomando la iniciativa a partir de sus servicios; hasta que el murciano impuso su ritmo y quebró el saque de Norrie dos veces seguidas.

En la segunda manga el N 2 del mundo consiguió rápido otro break (en el segundo game) y extendió la ventaja a 2-5; Norrie defendió su saque y luego obtuvo su único quiebre para ponerse 4-5. Se acercaba el momento del cierre sirviendo el jugador de barba rala 5-6, parecía que el match iba a tie break.

Alcaraz, campeón; Norrie finalista, en el medio el director del Argentina Open, Martín Jaite

Pero Alcaraz tenía otros planes y puso la presión para que Norrie no pueda conseguir el punto que lo separaba del desempate rápido.

El punto de campeonato Carlitos lo cerró a todo brillo con un toque de drive, un drop que se volvió inalcanzable para el subcampeón.

«Es un momento muy feliz para mí, después del US Open y estar cuatro meses parado, estoy contento con mi nivel de toda la semana… siempre he dicho que soy un chico competitivo, que salgo todos los torneos a ganarlos y creo que quedó demostrado», afirmó el campeón. «Me quedo con el cariño de la gente y fue un gusto jugar en Buenos Aires». Cientos de chicos se llevaron la foto con el ídolo y quedó como testimonio el paso por el torneo más importante y prestigioso de la Argentina de un jugador que parece no tener techo.

El toque de drive de Alcaraz, cae el telón

Alcaraz entonces se constituyó en el jugador más joven en consagrare en el Argentina Open, sustituyendo en ese récord a Casper Ruud quien consiguió el primer título en Buenos Aires con 21 años. En tanto Norrie fue el primer británico en llegar a una definición en la catedral del tenis argentino.

El revés de Norrie, vital en su juego

Entre los locales, sobresalió el platense Tomás Etcheverry que alcanzó por primer vez en su carrera cuartos de final de un ATP. Facundo Díaz Acosta estuvo en posición inmejorable para dejar en el camino a Norrie, pero sucumbió ante la experiencia de este último.

En el caso de Sebastián Baez si bien cedió ante Lajovic, no jugó mal y en el desenlace seguro tuvo que ver el agotamiento del bonaerense que venía de ser nada menos que campeón del ATP de Córdoba.

Otro jugador sensación del Argentina Open fue el peruano Juan Pablo Varillas quien dio cuenta del italiano Lorenzo Musetti, preclasificado 3 que igual expuso ráfagas de su vistoso juego ofensivo. Varillas -conocido de los argentinos pues ha jugado mucho aquí- mostró sus progresos basado en la estrategia de tiros pesados desde el fondo de la cancha y muchos ejecutados al contrapié de su eventual adversario.

Bolelli, Fognini, Barrientos y Behar

El título de dobles quedó para la carismática dupla italiana Fabio Fognini- Simone Bolelli que se impuso a la uruguaya-colombiana Ariel Behar y Nicolás Barrientos (que utilizó las remeras diseñadas por la esposa del oriental, a lo que hace tiempo Acreditado dedicó una nota especial).

También en el tenis nada se pierde, todo se transforma. Fognini- Bolelli hace una década habían ganado este mismo torneo.

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