El tenista ruso se impuso en la final del Miami Open a Jannik Sinner por 7-5, 6-3, consiguiendo así el cuarto título ATP del presente año y el quinto Masters 1000 de su carrera. Ganó 24 de los últimos 25 partidos y vuelve al top five (4) del ranking mundial.
Mientras se venía hablando de la nueva era del tenis, con los nombres en primera plana de Carlitos Alcaraz y el ascendente Janick Sinner, así como de la situación de Novak Djokovic– que no pudo jugar esta etapa del circuito en EEUU por la cuestión de la vacuna contra el Covid-; Daniil Medvedev no detuvo su marcha. Ayer obtuvo el Miami Open (venciendo en la final a Sinner) y hace dos semanas llegó a la definición de Indian Wells (en la que cedió ante Alcaraz), lo que implica que en los dos Masters 1000 disputados en lo que va de la actual temporada, Medvedev estuvo en el último partido.
La racha de Medvedev (campeón en Rotterdam, Dubai y Doha) que había sido interrumpida por la referida derrota ante Alcaraz en California, tuvo continuidad en el Hard Rock Stadium de Miami que en varias jornadas contó con gran asistencia de público. Merced a los resultados, el espigado moscovita quedó 4 del escalafón ATP muy cerca del 3, Stefanos Tsitsipas, que tiene muchos más puntos que defender que Medvedev en la etapa que viene, la gira sobre canchas lentas.
Quizá por su técnica heterodoxa, o por haber escalado hasta lo más alto cuando las miradas convergían todavía en que iba a pasar con los big 3; Medvedev no estaba últimamente en el radar del público, más allá de los fans del deporte de las raquetas.
Pero tras su caída prematura en el Grand Slam de Australia en febrero,Daniil venía dando señales de estar en condiciones de dar batalla en lo más alto, mieles que conoció cuando fue N 1 del mundo a inicios del año pasado.
El coach de Medvedev desde hace años, el francés Gilles Cervara, contó que su pupilo -previo al torneo de Rotterdam- atravesó cierta pérdida de confianza. Pero él (por Daniil) tiene un gran poder de recuperación. ¿Porqué a veces se vuelve indescifrable para sus rivales?, le consultaba Andrew Eichenholz de la página de la ATP. «Es que a veces sus tiros llevan potencia, otra no. A veces esperas un movimiento, pero él se va para otro lado; esperas un balón profundo y se te queda corto, sin consistencia. Es como un muro. Cada balón regresa y él no se pierde. Está sirviendo, está corriendo. Casi es capaz de encontrar una solución para cualquier problema«.

Inapelable
En la víspera, frente a Sinner, Medvedev fue apabullante: una pared desde el fondo de la cancha pero no limitándose a devolver pelotas, sino que fiel a su estilo iba aumentando la velocidad de sus tiros de drive y revés a dos manos que parecen como garabateados, dirigidos cada vez más a las líneas hasta llevar al italiano al error.
La trayectoria de los golpes de Medvedev es tan amplia y con efectos, que puede darse el lujo de correr retrasado metros atrás de la línea de fondo para lanzar los estiletes cruzados o a contrapié.
Su saque, aunque cometa dobles faltas, es un arma contundente que suele potenciarse en los momentos críticos y las oportunidades de vulnerarlo suelen ser escasas (como las que pudo aprovechar Alcaraz en la definición de Indian Wells)
Sinner no pudo tomar la delantera como Alcaraz la semana pasada, ni contrarestar los intensos peloteos planteados por DM
Los drops no le salieron al rubio de pelo ensortijado, que tampoco pudo ser muy eficaz con su servicio.

Desglosando en pocas líneas la final, Medvedev ganó siete de los primeros once puntos en juego, y todos los disputados con su servicio hasta que cometió dos dobles faltas seguidas y el italiano quebró para adelantarse 3-2, pero en el game siguiente Medvedev lo igualó 3-3, y consiguió otro break sobre el cierre de la manga para quedarse con el parcial por 7-5. Al segundo set Sinner llegó desgastado físicamente, su rival quebró de entrada y tomó distancia de 4-1, salvo intentos esporádicos el entrenado por Darren Cahill no pudo equilibrar el match que se selló por 6-3 .
Sin poner excusas, Sinner comentó que se había levantado sintiéndose mal por la mañana.
Es que el viernes en semifinales, Sinner se impuso 6-7,6-4 y 6-2 a Alcaraz- en un cotejo desbordante en emociones, y si bien el primero pudo tomarse revancha del español (el resultado tuvo como efecto colateral que Djokovic vuelve a ser 1 del mundo lo cual solo lo hubiera impedio que el murciano se consagre campeón) el stress fue impresionante.
Gran momento también para el nacido en San Candido (semi en I Wells, final en Miami) que alcanza el 9 del mundo en el escalafón, su mejor posición junto a cuando esporádicamente ocupó ese lugar una sola semana en noviembre de 2021.
Volviendo a Medvedev, en superficies rápidas el mismo es muy poderoso; ya fue finalista y campeón del USOpen (en ambas ocasiones vs Rafa Nadal) así como consiguió cinco Masters 1000 sobre canchas de ese tipo: Cincinnati y Shanghái en 2019; en 2020 París-Bercy, en 2021 Canadá y ahora Miami 2023).
Esta vez en semis derrotó a su compatriota Karen Khachanov (que a la vez había dejado en el camino al argentino Francisco Cerúndolo de gran perfomance con victorias como la lograda contra el canadiense Auger Aliassime). Una sorpresa fue el rendimiento del joven local, Cristopher Eubanks.

En la entrega de premios encabezada por el director del torneo del estado de Florida, James Blake, Medvedev agradeció que las canchas hallan tenido una superficie verdaderamente rápida.
El flamante campeón recordó cuánto le había costado jugar en Indian Wells, por ser la superficie del desierto californiano “demasiado lenta”, y ratificó por qué era uno de los principales candidatos al éxito en el torneo que se juega en el predio donde tiene el estadio el equipo Miami Dolphins de la NFL.
”A veces sé controlarme, cuando siento que la cancha es dura de verdad. Así que debo agradecer a quien tomó esta decisión. Me hizo muy feliz jugar aquí”, dijo Medvedev en la ceremonia de premiación.
Sinner, le gastó una broma:»Ahora empieza la temporada de polvo de ladrillo, a ver cómo te irá ahora”.


Kvitova: sonrisas, tenis y amor
La rama de damas del certámen de Miami tenía un libreto inesperado. El título fue para la checa de 33 años, Petra Kvitova, que supo ser bicampeona de Wimbledon pero hace bastante tiempo.
La zurda europea también tiene un juego ofensivo, apropiado para este tipo de canchas pero estaba en duda que pudiera superar en la instancia de definiciones a la representante kazaja, Elena Rybakina que venía de imponerse en Indian Wells y había sido finalista del Grand Slam de Australia (en ambos casos ante Aryna Sabalenka).
Tras un primer set increíble, jugado de manera espectácular que se cerró con tie break para Petra (16-14) el segundo set encontró a su rival agotada.
Fue también un gran torneo para la local Jessica Pegula y la rumana Solana Cirstea quien se dio el gusto de vencer a Sabalenka.
Petra festejó con su entrenador, marido y ex jugador, Jiri Vanek. Como una película de Disney con final feliz


Fue también un gran torneo para la local Jessica Pegula y la rumana Solana Cirstea quien se dio el gusto de vencer a Sabalenka.
En dobles una noticia para la región , la consagración del mexiano Santiago González en dupla con el galo, Edouard Roger Vasselin.
González (Mx) y Roger-Vasselin (Fr) se impusieron en la final 7-6 y 7-5 a la dupla conformada por el también francés Nicolas Mahut y el estadounidense Austin Krajicek.

«Era mi sueño levantar este tipo de título a los 40 años de edad, estoy contento de estar aquí, es cumpleaños de mi hija. Voy a recordar este día por el resto de mi vida”, espetó González.