Peronismo y Antiperonismo en una obra de Manuel Puig

La gran grieta argentina Peronismo-Antiperonismo aparece caracterizada en varios personajes de la obra de Manuel Puig (1832-90); y la ficción suele ser una herramienta muy útil para conocer una sociedad, incluso a veces mejor que los grandes relatos históricos o ideológicos.

En este caso pasamos la lupa a The Buenos Aires Affair, novela policial publicada en 1973. Aún cuando la trama principal gira alrededor de una artista plástica sofisticada (con problemas psicológicos) y un estudiante de arquitectura -destacado crítico de arte- con conductas perversas (ambos se forman en nuestro país y se perfeccionan en el exterior); el trasfondo político y social en que se desarrolla la trama amerita un análisis de la misma.

En principio, se transcriben de manera textual los párrafos que hacen referencia al tema central de éste artículo, intercalados con mínimas reflexiones.

Conciencia Política

«El 15 de septiembre de 1955 una revolución derrocó al régimen de Juan Domingo Perón. Gladys no había ido a clase por temor a tumultos callejeros, se levantó tarde y pidió a la doméstica — … — que le preparara un café. La doméstica le sirvió un pocillo y no pudiendo contener más el llanto fue corriendo al cuarto de servicio, Gladys se compadeció de la muchacha y fue a decirle -sin atinar a otra cosa- que el nuevo gobierno no abandonaría a la clase trabajadora, por el contrario, traería progreso y bienestar al país. La muchacha siguió llorando sin contestar nada. Gladys se preguntó a sí misma por qué estaba tan contenta de la caída de Perón: porque era un régimen fascista, se contestó. Y era preciso recordar lo que Hitler y Mussolini habían sido capaces de hacer en el poder. Gladys ademas estaba contenta porque sin Perón no había riesgo de que otra vez cerraran la importación de revistas de modas y películas, y su madre no tendría más problemas con el personal de servicio. Y se detendría la inflación.» (página 41) *

En el mencionado párrafo, se presentan las facetas con las que suele caracterizarse al peronismo tradicional; por un lado como un movimiento de raíz y prácticas fascistas, y por otro el que le concedió a ciertos sectores derechos sociales y una idea de dignidad («Puig encontró en el peronismo lo más activo de la búsqueda socialista, pero al mismo tiempo advirtió sobre los peligros del autoritarismo y la censura», sostuvo un estudioso de la obra de Puig, el académico, José Amícola).

La primera característica (el fascismo) aparece reforzada por una estrofa que alude a los inicios del peronismo y como se refleja en la Universidad. «…Ese mismo año un compañero llevó a Leo a la reunión en casa de un ex profesor de la facultad -cesante por su filiación socialista-, durante la cual se hicieron apasionadas acusaciones de nazista al general Perón, recién electo…»(98).

Seguimos leyendo a Puig:

Actividades políticas

Al año siguiente, un compañero de Facultad informó a Leo sobre una manifestación en la que se planeaba protestar por la reciente cesantía de un profesor que en clase se había declarado contrario al Presidente General Perón (N de la R: en un párrafo anterior se contaba que el personaje había concurrido a la casa del docente socialista y un amigo le había dicho que «estaba harto de oir hablar tanto sin pasar a la acción»). Leo se sintió solidario y de ese modo entró en contacto con miembros del Partido Comunista. El muchacho admiraba la valentía de sus compañeros y trató de unirse a la organización, si bien le pareció encontrar resistencias. Estas eran reales, algunos desconfiaban que por su físico superdesarrollado podría ser agente de la polícia secreta…». Luego sucede que dos personas de civil lo siguen hasta la imprenta de la que Leo retiraba los panfletos, pero como no lo descubren ni consiguen que el muchacho los lleve a ese sitio lo someten a torturas. «La sesión tuvo en una comisaría del barrio sur, el cuarto era pequeño (luego se describe el castigo, la picana eléctrica) hasta que la víctima confiesa el lugar (de la salida de los panfletos) pero como los militantes comunistas presumen que pueden ser delatados deciden escapar…Al poco tiempo «al encontrarse con reticencias entre sus compañeros de militancia, al volver a la Facultad, hizo que cesaran sus relaciones con el partido».

En su notable trabajo de María Valentina Bonelli, «Ecos del Peronismo en Puig», destaca que la afiliación del personaje al comunismo, no responde a un supuesto interés por las «causas del proletariado que -como se evidenciará después «es nulo», sino que es una especie de reacción cultural.

En un párrafo posterior (página 110) Puig apunta a otro aspecto crítico del primer peronismo, el de la afiliación compulsiva al partido para poder ejercer un cargo sin sobresaltos:

Actividades laborales

…1952: Previa afiliación obligada al partido peronista (Leo) entró como diagramador en un diario oficialista de la tarde. All conoció a un dibujante que lo introdujo al ambiente de los artistas plásticos, netamente antiperonista…Dos años después sobrevino una denuncia al respecto y ambos quedaron cesantes…

Como indica María Bonelli, en The Buenos Aires Affair se apunta a la brecha peronismo-antiperonismo, en términos diversos a como el autor lo hace en Pubis Angelical donde la división y el enfrentamiento será entre el peronismo de derecha y el de izquierda encarnado en dos personajes (uno caracterizado como «maléfico» y el otro como «irresponsable», respectivamente).

Una tapa del libro, censurado en algunos tramos en 1973

Caída y revancha

De todos modos, en el texto en cuestión Puig también explicita como los perseguidos durante el peronismo instan a las nuevas autoridades a tomarse revancha.Volvemos al libro:

1955. -«Después de meses desocupado, Leo entró como redactor y experto gráfico en una agencia de publicidad. Nuevamente Olga (su hermana) había actuado con sus amistades influyentes. Allí estaba el día que cayó el gobierno de Perón. Leo sintió un intenso júbilo al pensar que aquellos policías torturadores no tendrían más poder. Pero al rato recordó las palabras de otro detenido -«juro que el día que caiga Perón, y va a caer por más cabecitas de mierda que lo vayan a defender, ese día voy a venir a la comisaría a hacer justicia con mis propias manos»- y sintió piedad por los policías, estaba decidido a ir él a la comisaría y avisarles del peligro que corrían. Una celebración con champagne en la agencia lo detuvo» (106).

Hasta que finalmente, los roles se invierten:

Transcurre Julio de 1969: «… Del despacho médico Leopoldo Druscovich fue directamente a su casa, quería estar solo. Bajo la puerta lo esperaba como de costumbre el diario de la tarde. Una noticia acaparó la atención: en un terreno baldío de las afueras de Buenos Aires se había encontrado el cadáver de un hombre. Desaparecido dos semanas atrás, se había temido el trágico desenlace dadas sus actividades políticas subversivas. Estaba vinculado a un grupo activista que propugnaba el regreso al país del ex presidente Perón como único medio de devolver el gobierno a la mayoría trabajadora. El cuerpo había sido abandonado entre altas matas y presentaba huellas de torturas» (151).

En esta escena se superponía un asesinato en un baldío por razones políticas con un episodio similar que involucraba al mismo Druscovich de manera privada por una cuestión de violencia sexual (ambos hechos sin responsables).

Si uno toma un abordaje del libro desde su contenido socio-político, habría que volver a una mención en la primera parte del libro.

Censura

Nos ubicamos en Playa Blanca (el autor es nativo de Bahía Blanca) el 21 de mayo de 1969, presidencia del dictador Juan Carlos Onganía:

… Clara hizo lo mismo y divisó a una cuadra la negra camioneta policial estacionada frente a la comisaría. ¿Y si Gladys estuviese ya de vuelta en casa y todo resultara un terrible papelón? La madre se detuvo, en la acera de enfrente se erguía un cinematógrafo pequeño, clausurado por orden municipal. Hacía tiempo que no pasaba por allí. El manifiesto de clausura estaba pegado sobre las carteleras y cubría el título del último film programado. Clara sin razón valedera se acercó y leyó el dictamen policial…El manifiesto solo decía que se cerraba la sala por razones de higiene y seguridad públicas.

También había otras proclamas gubernamentales pegadas a la fachada que instaban al orden público y recomendaban la captura de activistas allí enumerados (17).

Es decir, la censura como método de control que utilizaba el régimen peronista, se expresa de otra manera en un gobierno de facto.

Al inicio de cada capítulo se cita una escena de Hollywood

La Guerrilla: «Romanticismo» y muerte

Avanzada la trama, un oficial aparece leyendo las noticias policiales del 15 de mayo de 1969.

Se observa que ya aparecen informaciones sobre movimientos terroristas que tendrán su auge en los 70; detalles de operaciones que más adelante encubrirán acciones ilegales de los cuerpos de seguridad, y la actitud de «Robin Hood» de organizaciones armadas que intentaban «justificar» actos delictivos argumentando la lucha contra la «injusticia social».

Veamos el contenido de algunos de esos cables:

En uno de ellos se da cuenta de un robo en Rosario a la firma Persano, cometido por dos hombres con uniforme policial y una mujer con peluca. Tras el atraco «los autores repartieron volantes firmados por un Comando de Acción Revolucionaria Popular donde se decía «hay que expropiar al oligarca Persano para que sus bienes
vuelvan al pueblo…».

Otro fechado en Tucumán menciona un «asalto a Radio Güemes en el que despojaron de su arma y uniforme al agente que la custodiaba» y que termina con «la detención de una mujer que tenía captura recomendada por ser activa participante de una célula subversiva, y un hombre que estuvo en prisión por integrar una guerrilla que actuó en Orán, provincia de Salta. Se les secuestraron numerosas armas, incluida la del policía asaltado, y se busca a otros cómplices».

Una información titulada «El Crimen del Estanciero» versa sobre el «asesinato del hacendado Antonio Romano, de 53 años, en su estancia de 16 000 hectáreas, ubicada en Mar Chiquita, por el estudiante de abogacía Norberto Crocco, argentino, de 28 años, con domicilio en la Capital Federal…» Se indicaba que los servicios de seguridad del Estado interpretaban que era «un suceso derivado de un plan trazado por una organización política extremista…Ha trascendido que se considera que el objeto de los terroristas era perpetrar un atentado en la base de lanzamientos de cohetes de la Fuerza Aérea, instalada sobre la Laguna de Mar Chiquita; posiblemente, el objetivo que debía alcanzar Crocco era volar el polvorín de la base con lo que se creía lograr un «impacto» sensacional en la opinión pública… Crocco habría llegado a la estancia de Romano porque este empresario y hacendado era la única persona —además de los militares- que tenía acceso a la base…»

Al estilo Crónica, desde Córdoba el periódico se preguntaba: «Ayer, la leche; hoy, la carne, y mañana ¿qué?» Y detallaba que «los habitantes del barrio de emergencia Guemes recibieron un reparto gratuito de carne, a primera hora de la mañana de ayer…Al grito de ¡carne gratis para todos! desde un camión se convocaba a la gente que no tardó en volcarse junto al vehículo, donde un comando extremista comenzó el reparto del producto… Sánchez conducía el camión de reparto de carnes, que pertenece al frigorífico «Albini», cargado de varias reses para distribuir entre su clientela, cuando a la altura del kilómetro 3, camino a San Roque cuatro individuos que descendieron de un automóvil Fiat 1500, a los que se unió después otro individuo que iba en bicicleta, le interceptaron..

Luego se describía un operativo en Tucumán en relación a «tres hombres y una mujer que asaltaron al transportista de un tambo que llevaba 220 cajones de leche, repartiendo luego el producto en una villa de emergencia junto a las vías ferroviarias…»

El cable número 10, relata un operativo de tipo comando, que demoró «apenas cinco minutos llevado a cabo por ocho hombres y una mujer, que se identificaron como integrantes del grupo extremista denominado Montoneros y asaltaron ayer de tarde la sucursal Villa Bosch del Banco de Hurlingham S. A. Tras herir a un oficial de policía que se hallaba de consigna, redujeron a alrededor de veinte clientes y a seis empleados…»

Y el último, denominado Informe sobre Extremistas en Córdoba gira sobre las actividades de la
organización clandestina FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), entre ellos el cruento asalto a la sucursal Fuerza Aérea del Banco de la Provincia de Córdoba. El texto concluye asï: «El extenso informe señala que como consecuencia del fracaso de un operativo realizado por el FAR contra la sucursal Quilmes del Banco de la Provincia de Buenos Aires, la dirección nacional de la organización subversiva dispuso el traslado a esta ciudad de uno de sus integrantes (identificado a raíz del frustrado atraco) quien asumió la personalidad de Jorge Pedro Camalot y se radicó en Castelar 833, en compañía de la llamada Laura Susana Kait (cuya verdadera identidad era Raquel Gelin). Ambos se dedicaron a la tarea de reclutar elementos para constituir células locales de la organización. Los nuevos adeptos recibieron como nombres de batalla los seudónimos de…»

N de la R: Nos pareció interesante incluir estas crónicas volcadas en The Buenos Aires Affair porque da cuenta del clima de época respecto al embrión de la violencia armada y como se presentaba por la prensa.

Leyendo los archivos periodísticos se puede conocer la deriva de algunos de los personajes mencionados. Por ejemplo, Raquel Gelín fue la primera guerrillera mujer muerta por un policía luego de una operación realizada por su movimiento (Paco Urondo le dedicó un poema); en tanto Crocco -según un informe del diario El Litoral de Santa Fé era un militante nacionalista que se habría quitado la vida tras asesinar a Romano. Su hermana se casaría años después con el líder carapintada, Aldo Rico.

Edición con foto de Joan Crawfold en la tapa, de la cual fueron tomadas las citas

Bonus Track

Más allá de todo lo relacionado con la situación de Argentina; la novela también le dedica un espacio al contexto de la Guerra Fría y las tradicionales ópticas enfrentadas respecto a Estados Unidos.

Formación Profesional

«Alicia Bonelli nunca había simpatizado con Estados Unidos, pero se había abstenido de hacer comentarios adversos al viaje hasta que éste se concretó. Entonces sí desaprobó el proyecto y dijo a Gladys que EE.UU era el pulpo que ahogaba a Latinoamérica y que consideraba una traición ir a a estudiar allí. Gladys respondió que ese país era la cuna de la democracia. Alicia replicó que si fuera negra no pensaría lo mismo. Gladys no quiso seguir discutiendo y se preguntó a si misma como Alicia podría simpatizar con la URSS, habiendo tales evidencias en contra como los libros La noche quedó atrás de Jan Valtin y Yo elegí la libertad de Victor Kravchenko, además de la película La cortina de hierro con Gene Tierney y Dana Andrews».

«En cuanto al tema político, Gladys lo evitó pero Alicia lo sacó a relucir en cuanto pudo: apostrofó a EE.UU por el bloqueo a Cuba, «ves lo que son, ni bien un país latinoamericano se quiere gobernar solo tratan de estrangularlo». Gladys respondió que Cuba era un horror porque faltaba de todo. La discusión no se prolongó porque Gadys pasó a hablar del problema que significaba la viudez de su madre».

Segundo Figarillo

  • Los números de las páginas entre paréntesis corresponden a la edición de Seix Barral.

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